Capítulo 14

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Hubo una pequeña discusión sobre esta visita a la universidad, mi madre había insistido en que ella podía ir conmigo pero mi padre dijo que no podía hacerlo ellos habían ido solos a sus entrevistas, mi padre hablo seriamente conmigo, me quedaría en el dormitorio junto a Chas y me metería a dormir a una hora decente, nada de fiestas, bares o alcohol y si no menciono el sexo fue quizás porque no tenía el valor de imaginar que su única hija fuese sexualmente activa. Mi madre en cambio me dio un sermón sobre ser célibe hasta el matrimonio y todo lo que se me había enseñado en los colegios religiosos sobre Dios y la religión. Le di el gusto de escuchar pacientemente y jurar y perjurar con mi vida que jamás tendría el valor de tener sexo con mi novio.

Ese sábado muy temprano en la mañana mi padre y mi madre pasaron por Chas a su casa y nos dejaron en casa de Tom, él iba a conducir en el Volkswagen hasta Cambridge, Mis padres saludaron a la madre de Tom cordialmente y Tom guardo nuestras mochilas en el auto y justo antes de que mis padres se fueran, mi padre sorpresivamente aparto a Tom de nosotros, comenzó a hablar seriamente con él, la cara de Tom era simplemente una de esas caras que muchos pagarían por ver, estaba pálido pero asentía todo el tiempo, Chas lo encontraba divertido pero yo quería morirme de vergüenza.

Cuando mi padre termino con Tom, volvió conmigo y se despidió de mí, mi madre también y cuando subieron al auto nosotros subimos al nuestro, Tom me sonrió y comenzó a conducir, aun ni siquiera había salido el sol, por lo que Chas y yo nos quedamos dormidas por una buena parte del tiempo aunque ella se quedó dormida antes que yo, yo tuve la bondad de acompañarlo y hablar con él por lo menos al principio, cuando desperté él estaba por orillarse en una gasolinera.

-¿Qué sucede?- pregunte mientras me tallaba los ojos e incorporaba el asiento.

-Necesito ir al baño ¿Quieren bajar?- Pregunto Tom volviendo su cabeza un poco hacia atrás para que Chas, que también se estaba despertando escuchara.

-¿Qué pasa?- dijo con la voz ronca, recargándose con un codo en cada asiento y con la cabeza entre la de Tom y la mía.

-Iremos al baño ¿Quieres ir?- Contesté, mirándola de soslayo, tenía un bucle rubio pegado en la mejilla derecha.

-Si ¿Deberíamos cambiarnos ahora?- Nos miró a cada uno, como si fuera una niña.

-Pues, sería buena idea.- Tom termino de aparcarse afuera de la tienda de la gasolinera y nos sonrió cuando apago el auto.- Señoritas ¿Quieren que saque sus mochilas también?

-Si.- contestamos en unísono pues ambas traíamos nuestro maquillaje y todo eso en las mochilas.

Nos metimos en el baño Chas y yo juntas, el baño no estaba tan mal, y dejamos nuestra ropa colgada en los cubículos del baño, chas puso el seguro en la puerta y nos comenzamos a quitar la ropa, me compare con un momento con Chas, estaba por reventar su sostén, me descubrió mirándola a través del espejo, pero ella estaba sonriendo.

-¡Oye mírate, tienes trasero!- Grito Chas, enseguida sentí que la cara se me enrojeció.- se acercó y me dio una palmada en el trasero.

-¡Chas!- me reí y me tape la boca con las manos mientras lo hacía.

Nos vestimos, me puse una falda lápiz color azul, un suéter color rosa con una camisa debajo de color blanco y encima llevaba mi saco color beige, me puse unos zapatos altos y Chas me ayudo a maquillarme, comenzaron a tocar la puerta, Chas rodeo sus ojos y comenzó a guardar todo, cuando salimos una madre con su hija estaba afuera, desesperadas por entrar, le sonreímos al salir, un poco avergonzadas, Tom estaba en la caja, estaba pagando tres botellas de agua, café, cigarrillos y condones, hubiera querido no verlo, porque sentí que me estaba poniendo sonrojada, Chas lo vi también y la vi esbozar una sonrisa, incluso Tom se puso nervioso y guardo rápidamente la caja de condones el bolsillo de su saco. El resto lo puso en una bolsa y nos abrió la puerta al salir de la tienda. Lo observe mientras nos abría la puerta y corría el asiento para que Chas pudiera pasar, se veía muy guapo con su traje y su corbata. Antes de entrar al auto nos quedamos mirando un momento, la cara de Tom estaba perfecta, la piel le brillaba y tenía sus rizos dorados en perfecto estado.

When we were youngWhere stories live. Discover now