Capítulo 19

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Esa mañana, apenas dos semanas después, no pude escuchar el despertador y mi propia madre vino a mi cuarto a sacarme la cobija de encima, después de haber ignorado al mayordomo tocando a mi puerta y luego abriéndola para llamarme por mi nombre son los tonos graves y apacibles de su voz señorial.

Corrió las cortinas y la luz me dio en la cara molestando mis ojos, dejándome sin otra opción que levantarme y entrar en el baño para darme una ducha, que tampoco pude disfrutar pues me dejo en claro lo tarde que se me había hecho.

Por una semana entera mis padres no se habían enterado del finiquito en mi relación con Tom, la primera en darse cuenta fue mi madre, que está un poco más en casa y eso por decir que esta. Supe que no le importaba en realidad y en el fondo se sentía aliviada porque ni siquiera se molestó en preguntar. Después mi padre se enteró, probablemente por boca de ella, él se acercó en una noche mientras me tomaba un vaso de leche en la mesa de la cocina, aunque tuvo un poco más de tacto y parecía interesado en mis sentimientos, se sentía aliviado y termino la conversación o el intento de ello con un "Era lo mejor" ¿Cuándo iba a comenzar a darme cuenta de ello?

No había vuelto a tomar el tren, ni una sola vez, en lugar de eso iba y venía a la escuela con el Chofer, Chas me acompañaba a veces y cuando venía de regreso a casa, procuraba esconderme lejos del tumulto, tratando de evitar toparme con él mientras salíamos y él iba junto con sus amigos, caminando hacia el gimnasio, el auditorio o hacia la estación.

Cuando llegue hoy a la escuela, a penas a tiempo de entrar cuando el timbre fue tocado, tenía miedo de entrar a la clase de Historia y encontrarlo mirándome de frente mientras tuviera que atravesar el salón de clases y sentarme en la primera butaca de la tercera fila. Apenas me pare en la puerta, solicitando permiso de entrar y lo vi de soslayo, pero no volteo a verme ni un solo momento, se quedó mirando hacia la ventana, una pregunta me surco el pensamiento mientras me sentaba en mi lugar. ¿Qué era más doloroso, la indiferencia total o tener su atención sabiendo que ya todo había acabado?

Había vuelto a pasar los almuerzos debajo del primer árbol donde me senté al llegar ASCOT, chas comía conmigo casi siempre, aunque ninguna de las dos tenía el mismo apetito desde que nos habían dejado.

-¿Notaste que el día de hoy Patrick le hablo a Nora Fawller? ¡Ella le sonrio! ¡Estoy segura de que va a llevarla al baile!

-No lo note...- conteste a secas mientras Chas había apretujado la caja de su leche y la arrojo hacia un bote de basura, este ni siquiera estuvo cerca de caer dentro y ella termino levantándose con coraje para ponerlo dentro del bote por su propia mano.

-¡Nunca me agrado Nora!- venia de regreso y se dejó caer en el mismo lugar con fuerza.

-Ella no tiene la culpa.- mencione.

-Tienes razón.- contesto ella mirándome desafiante al principio, pero resignada al final.- ¡Vete al demonio Patrick!- espeto cruzándose de brazos mientras yo envolvía con cuidado lo que había dejado de un bagel con mermelada.

-¿Quieres?- Pregunte mirándola con sumo cuidado ante sus ojos llorosas y su mirada de berrinche, se volvió a verme y negó la cabeza.

-Lo que quiero es que esto se acabe pronto para poder liarme con los universitarios, voy a ser tan zorra y promiscua que no voy a tener tiempo de pensar en Patrick.- contesto negando con la cabeza y yo termine de envolver el bagel, sabiendo que terminaría en el bote de basura.

-Podrías empezar con eso ahora, tal vez ayude.- su cara fue de espanto

-¿Estás loca? ¿Qué va a pensar Patrick de mí?- me encogí de hombros y entonces el timbre nos anunció que era momento de volver a clases. Sin ganas de hacerlo tomamos nuestras cosas para volver a clases y terminar con este horrible día, tan miserable como lo que habían pasado y tan grises como los que estaban por venir.

When we were youngWhere stories live. Discover now