Capítulo 4

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Tom P.V.

Estar en casa después de tanto tiempo después de vivir en hoteles ahora me resultaba raro, hasta un poco incómodo, como si este lugar no fuera mío, como si me faltara algo aquí, quizás era porque en este momento yo no estaba haciendo absolutamente nada, tenía aproximadamente un mes para prepararme para la siguiente filmación, lo primero que hice al llegar a Londres fue ir ver a mi madre, lo segundo fue dormir, dormí por tanto tiempo que cuando desperté me sentía más cansado que antes. Estoy consciente de que no estoy pasando por mi peor momento, al menos no en lo personal, mi éxito profesional sigue subiendo como la espuma y no puedo quejarme, mis fans me quieren mucho, quisiera ser la misma persona de hace dos años, pero ahora dudo incluso que si mejora mi ánimo yo vuelva a ser como antes, quizás es porque me estoy volviendo viejo y la gente adulta se vuelve más dura con el paso del tiempo.

Honestamente aceptar la invitación de Benedict para ir a ese lugar anoche fue lo peor de mi semana, este tipo de eventos solo te recuerdan el inevitable paso del tiempo y te exhiben ante otras personas como solo un vago recuerdo de lo que fuiste algún día, sobre todo si para ellos fuiste alguien interesante, alguien a quien veían como una persona que sería feliz, exitosa y que envejecería con gracia y belleza.

Fue peor cuando la vi a ella, escondiéndose detrás de James y Valery, pretendiendo ser invisible para el resto del mundo cuando obviamente todos la notábamos y podíamos notarla desde lejos. El tiempo casi no le había pasado por encima y parecía tener una buena vida, para ser completamente franco no había pensado mucho en ella, al menos no en varios años, no es que me hubiera olvidado de ella, pero supongo que el inminente paso de los años te tiene ocupado en otras cosas, con otras personas.

Me levante de la cama, descalzo, me gustaba la frescura del piso de madera, fui al baño, quizás sería buena idea rasurarme la barba ahora que había terminado la temporada en broadway, a puesto que eso le gustaría a mi madre, pero no tenía ganas. Me prepare dos huevos tibios y un café, encendí la televisión pero no la estaba viendo, por el contrario prefería leer el periódico en mi Tablet y agradecí que la prensa no me estuviese siguiendo como era su costumbre, un poco de misterio me caía bien ahora mismo.

Mire el contenido humeante de mi taza y recordé la conversación de anoche, como me había hecho recordar nuestro primer encuentro, la vez que se cayó de sentón sobre sus nalgas en las escaleras de la estación de trenes y la vez que le ofrecí un cigarrillo en la fiesta de Patrick, se ahogó con el humo y la lleve hasta su casa porque no sabía conducir, su cabello olía delicioso ¿Su cabello aún olera igual de bien? En un arranque de impulsividad google su nombre, no lo había hecho nunca y no me había dado cuenta de lo notable que era en su campo, tenía un doctorado y su trabajo era reconocido y galardonado. Siempre supe que sería así, no podía ser de otro modo.

"Expositora en la conferencias anuales sobre historia europea, edición XV, Sala C en Oxford" de once a doce y media... el día de hoy" Le di muchísimas vueltas a la idea de presentarme en la universidad, escucharla, pero no me parecía la mejor idea aunque ella no necesariamente  tenía que saber que yo estaba ahí...

Llegue a la sala C y estaba bastante atiborrado, más de lo que yo pensé, había algunos lugares casi al final pero preferí quedarme aquí, de pie, mirándola desde lejos, hablando con tanta naturalidad y soltura, probablemente imaginándose a todos los presenten en ropa interior o mirando un punto fijo en la pared, evitando el contacto visual prolongado con cualquier persona del público. En la escuela esa era la parte que más odiaba, tener que hablar frente a los demás, claro que todas estas personas tienen mucha más categoría y seriedad de la que algunos tuvimos en la preparatoria. La escuche atentamente hasta que termino y entonces salí de la sala hacia los jardines, timbró mi teléfono y atendí la llamada, era una llamada para revisar un punto en mi agenda, en realidad me ofrecían una entrevista en un programa y me sugerían tomarla así que al final, accedí y cuando colgué guarde el teléfono en el bolsillo de mi pantalón.

When we were youngWhere stories live. Discover now