XV- Esos cuatro.

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Definitivamente Bokuto y Akaashi eran dos polos totalmente diferentes, la capacidad del pelinegro de saber que ocurre con el teñido con que este solo lo mirara era impresionante

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Definitivamente Bokuto y Akaashi eran dos polos totalmente diferentes, la capacidad del pelinegro de saber que ocurre con el teñido con que este solo lo mirara era impresionante. Un ejemplo reciente: Bokuto hablaba normalmente contando cómo una vez casi se ahoga por comer una aceituna, pero al final de la anécdota miró hacia otro lado, volteando de nuevo con una rápida mirada a su armador. Este solo asintió y seguido de aquello, el búho salió corriendo hacia una tienda de la cuál se veía que era de peluches y muñecos.

Había quedado con los dos del Fukurodani y los otros dos del Nekoma esa tarde en Tokio. El clima por ese lado era todavía cálido, contrario al pueblo de dónde venía, pero el fresco aún se sentía. Su razón en Tokio era un control médico que no podía darse en Miyagi, desconocía la razón, ya que la cita con el doctor era mañana.

Kuroo siguió a Bokuto rápidamente mirando también la vidriera. Mientras tanto, ella se sentó en un banco que quedaba justo enfrente de la tienda, junto a Kenma. Ambos capitanes dijeron algo y se dirigieron al interior de la tienda, seguidos de Akaashi, que les avisó que los vigilaría por si acaso.

Admiró un poco más la vidriera de la tienda, fijándose en un peluche que era algo tierno, consistía en un dinosaurio de color verde lima con el cuello largo y unos graciosos lentes sobre sus ojos, los cuales solo eran dos puntos. Sonrió pensando en que le recordaba a alguien en específico.

Más, sintió una fuerte mirada sobre ella. Giró lentamente su cabeza encontrándose con la profunda mirada de Kozume, como si estuviera conectando cables.

—Estás algo rara.—le dijo honestamente.

—¿De verdad?—un semblante obvio se instaló en el chico— Bien, ¿Por qué lo dices?

Kenma sopló un poco del aire frío, creando que vapor salga de su boca— No paras de mirar con un brillo especial a tu celular de a ratos, como si recordaras algo.

Miró hacia otro lado tratando de que no viera su sonrojo. Él tenía razón, algo se movía en su pecho al recordar una pequeña conversación que tuvo. Se trataba de Tsukishima preguntando el porqué de su ausencia repentina en clases y entrenamiento. Aunque no lo preguntó tan directamente claro, un simple «Espero que mañana no te duermas» era suficiente para ella explicarle la situación, y su respuesta «Te irá bien» seguía pasando por su cabeza.

—Me gusta Tsukishima.—soltó finalmente hacia Kenma.

—Oh, que mal.

Arrugó las cejas algo confundida.—¿Mal?, Supongo que puedo manejarlo.

El chico pareció pensarlo mejor, mostrándole una pequeña sonrisa—Oh, que bien.—el rostro de Kenma parecía seguir pensando en algo—Me refiero a que, el amor es raro. Literalmente le das a alguien el poder de destruirte al hacerlo.

Kozume podía ser un chico callado, pero al estar en confianza, lograba decirte lo que pensaba verdaderamente. Lo había aprendido los últimos meses.

Escucharte || Haikyuu!!  [Kei Tsukishima] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora