XII-Espejos.

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Las clases comenzaron de vuelta, y el Karasuno estaba totalmente ocupado con el festival de verano

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Las clases comenzaron de vuelta, y el Karasuno estaba totalmente ocupado con el festival de verano. Cada salón hacía algún puesto de comida, juegos, o algún entretenimiento.

Para su agrado, sus compañeros decidieron hacer un laberinto de espejos, y su turno sería recién el segundo día y duraría una hora. Le agradaba de cierta forma participar solo un poco del puesto, se ahorraría malentendidos con gente que no entienda lenguaje de señas y se armara un desastre o discusiones sin sentido. Pero por otra, estaba desanimada justamente por la misma razón de no estar mucho tiempo cooperando con su año.

Sopló un cabello rebelde que caía de su frente apoyándose sobre la mesa de entrada de juego, viendo como algunas personas jugaban en otros puestos u otras arreglaban los suyos yendo de acá para allá. También tenía la suerte de que su turno sea Nishinoya, así que tan aburrida no estaba, el chico de vez en cuando tiraba algún chiste o hacia alguna mueca que la hacia reír.

Desde que se mudó a Miyagi, se hizo muy amiga de los chicos. Su mayor preocupación justamente era no hacer amigos directamente, pero todos eran comprensivos con ella y la agradecía mucho.

Vio una mano en su vista y al alzarla, se sorprendió de ver a ambos chicos frente a ella. Saltó literalmente encima de la mesa para abrazarlos.

—¡Bokuto-san, Akaashi!—las manos de los chicos la envolvieron y sintió el movimiento que causa el sonido provenir de ambos, supuso que la saludaban de vuelta. Hablando de amigos, ellos eran unos muy buenos, luego del campamento, tanto Bokuto como Kuroo insistieron seguir viéndola y hablar con ella.

Se separo de ambos para verlos mejor y ambos tenían una sonrisa en su rostro.—¡Hey, hey!—leyó de los labios del búho—Vinimos a pasar el rato con nuestra Estrella-chan, ¿Quieres entrar al juego con nosotros? No es que tengamos algún plan...

Las palabras de Bokuto fueron calladas por Akaashi, quien lo tomo del hombro apareciendo en la vista de la pelinegra— Disculpa a Bokuto-san, Hoshi. Pero sí, ¿Podrías pasar un tiempo con nosotros?

Rascó su nuca con algo de pena y vergüenza por dejar a Nishinoya solo, así que giró su cabeza para verlo guardar un cuaderno que se le hizo familiar, pero no preguntó. Luego este le dio una sonrisa confiada.

«No pasa nada, ve»

—¡Gracias, Noya!

Comenzaron a caminar por el laberinto de espejos el cual con mucho esfuerzo, lograron que sea gigante. Akaashi la tomó del hombro, para que así no de perdiese de ellos. Mientras que Bokuto a su lado, solo hacia caras en los espejos, jugaba con su reflejo o inclusive se asustaba cada vez que cambiaban de camino.

Se tropezó con su propio pie, ya que Bokuto por haberse asustado por otras personas que pasaban allí piso su cordón.

—Disculpame, Hoshi. ¡Es que vi a Akaashi con otro y me di cuenta que era yo, pero era mi reflejo!

Miró a Akaashi, quien le dio una seña de que lo deje estar a Bokuto. Le dio una sonrisa al peligris y se agacha para atarse bien los zapatos.

Quizás Bokuto no era la persona con más neuronas de su grupo de amigos, pero de igual forma era uno de los mejores. Estaba totalmente segura de que nunca la abandonaría en una situación critica.

Al levantarse de un momento a otro notó que estaba sola, y que el único reflejo que tenía era el suyo, sin ningún rastro de Akaashi y Bokuto. ¿Por donde había venido?

Pensó unos momentos, era; izquierda, derecha e izquierda. No, derecha, derecha e izquierda. Quizás era derecha luego izquierda y otra vez izquierda.

Sin embargo, saltó en su lugar al notar que su reflejo no era el único que veía. De repente, un chico alto rubio se vió en los tres espejos que estaban enfrente suyo. Ese hizo unas señas con su mano.

«Te encontré, ven.» seguido de eso, extendió su mano para que la tomase.

Pasó su mano por el primer reflejo que vió, pero lo que tocó fue el vidrio del espejo. Suspiró un poco tratando de calmarse, para volver a intentarlo, pero solo obtuvo el mismo resultado. Última oportunidad, estiró su mano con la esperanza de que pudiese tocar la mano del chico, y una vez que pasó la altura del resto de espejos, sonrió relajada.

Antes de que ella llegase a él, Tsukishima la tomó de la mano para así poder estirarla hacia él, chocando contra de abdómen. Frunció su ceño ante la acción extraña del chico de lentes, no entendió que trataba de hacer con sus manos en su cintura. Aunque al verlo desde el resto de espejos que estaban a su alrededor, dio por entendido que la estaba abrazando.

¿De verdad la estaba abrazando?, nunca sintió a alguien tan tenso a la hora de abrazarla, o quizás estaba acostumbrada a Nishinoya y Bokuto. Creyó por unos momentos que tanto ajetreo con los espejos la hayan mareado y ahora se estaba imaginando aquello.

Pero la realidad desde su punto de vista, era que al fin Tsukishima había tenido algún contacto con ella. Al caer en lo que sucedía, se sonrojó al punto de que sus mejillas eran del color de la sudadera que traía, y en su estómago habitaban millones de mariposas revoloteando.

Acto seguido, el chico se separó de ella para darse la vuelta y comenzar a caminar. Al ver que ella no lo seguía, estiró su mano de nuevo enfrente suyo.

«¿Acaso quieres perderte otra vez?»

Rápidamente agarró su mano para comenzar a seguirlo a lo que creía que era la salida. Se comenzó a preguntar donde estarían Bokuto y Akaashi, quizás también estaban perdidos dentro del laberinto. Pero su corto camino al exterior determinó que ambos ya estaban afuera, esperándolos.

En el momento que salieron, Tsukki la soltó debido a que el teñido de gris se abalanzó sobre ella. Básicamente enterrada en el pecho del capitán, dedujo que por las vibraciones que sentía provenir de él, se encontraba hablándole. Simplemente lo dejó hacerlo, ya que delante de su vista estaba Akaashi traduciendocelo, que básicamente se resumía a que los perdonasen por dejarla a la deriva.

Luego de calmar a Kotaro, se dio cuenta de que Kuroo y Kenma se encontraban hablando con Tsukishima, quien parecía explicarles algo. Ante su curiosidad que pareció llegar al radar de Kenma, este al verla le dio una pequeña sonrisa para acercarse a ella y mostrarle un nuevo juego que se había descargado.

Prestando poca atención a lo que el chico le mostraba, miró a los otros cuatro que se encontraban allí, para ver a Bokuto y Kuroo molestando a Tsukki con algo, mientras que Akaashi tenía una sonrisa en su rostro. Su confusión aumentó al ver al rubio llevarselos a la atracción del equipo de voley, que por alguna razón Ukai había organizado.

Recordó como trató de sacarle información a Nishinoya y Kageyama sobre la atracción, pero ninguno le respondió ni dijo para que estaban juntando dinero.

Decidida, se encaminó hacia la atracción pensando que fue sigilosa, pero para el querido Kenma, fue la persona más ruidosa tratando de escaparse.

Tomándola del brazo se la llevo a otro lugar totalmente diferente, mientras que los otros chicos se dirigían al gimnasio de voley.

—¿Por qué no puedo ir con ellos?, Tú sabes algo, cabeza de flan.

—Oh, claro que lo sé.—leyó de Kenma— Pero sería muy estúpido de mi parte decírtelo, arruinaría todo y no tendría sentido.

Alzó los brazos casi chocando a alguien—¡Ja!, ¡Lo sabía!

—Felicidades, Hoshi-chan. Descubriste América.—sintió el sarcasmo de su amigo que aún seguía jugando con su consola.

Sin hacerle mucho caso a Kenma, ya sabía que tendría que hacer; descubrir para que son los fondos de su club.

Escucharte || Haikyuu!!  [Kei Tsukishima] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora