Prólogo

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Su pulso estaba acelerado y podía sentir que gotas de nervios caían de su frente

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Su pulso estaba acelerado y podía sentir que gotas de nervios caían de su frente. Su abuelo hablaba con el director acerca de dos cosas: Su ingreso a Karasuno y al equipo masculino de éste.

Pudo leer los labios del director y entendió que no habría problema con que empezara la semana entrante. Y con respecto a que entre exclusivamente al equipo masculino o por lo menos entrenar con ellos supuso que no debía preocuparse. El hombre mayor a su lado fue el entrenador de ellos y actualmente es su hermano, por lo que no habría tanto problema con su entrenamiento.

Y no es que no le agradasen las chicas o la hayan tratado mal. Al contrario; cuándo fue de metiche a ver una de las prácticas de ellas parecían formar verdaderamente un equipo.

Pero la razón por la que debía entrar al equipo masculino fue por la misma razón por la cuál ahora se estaba presentando frente a la clase, tomando un poco de aire antes de comenzar a hablar.

—S-soy Hoshi Ukai.—se golpeó mentalmente al tartamudear— No puedo escuchar de ambos lados, prácticamente soy sorda.—vio como sus compañeros habían comenzado a murmurar— Uhm, puedo leer labios, así que no es un problema para hablarnos.

Terminó su presentación con algunas palabras algo mal dichas mirando hacia la profesora, quien le dio una sonrisa indicándole un asiento detrás de un chico que le daba una mirada llena de vigor que la hizo sentir incómoda. Caminó rápidamente sentándose de golpe y sintiendo millones de miradas sobre ella. No sabía si estaban hablando sobre ella y eso le desesperaba, pero su ansiedad cesó cuándo alguien le tocó la cabeza llamándola.

—¡Hola, Hoshi-chan!—desde el momento en el que le habló, supo que era alguien efusivo— Espero no te moleste que te llame así. ¡Soy Yuu Nishinoya!, puedes decirme Noya.

Le dio una sonrisa amable que se la devolvió. Extendió su mano para que él la agarrase, cosa que hizo.

—Un placer.—dijo algo distorsionado por los nervios pero entendible.

Él abrió los ojos sorprendido para mirarla curioso— ¡Formulas muy bien las palabras!— ella rió un poco viendo como el chico se arrepentía de lo que dijo— ¡L-lo siento!, no era mi intención.

Con sus manos hizo unos signos que significaban «No hay problema». El chico sintió curiosidad por aprender más sobre lenguaje de señas, entonces le pidió que le enseñase lo básico. Rió la mayoría de la clase libre que tuvieron, ya que a Nishinoya no le iba muy bien con el «Gracias». También le alegro que hubiesen compañeros suyos que sabían lenguaje de señas y otros que entablaron conversación en su cuaderno. Al parecer su abuelo no se equivocaba al decir que habían personas amables en Karasuno. La verdad era que estaba feliz de haber congeniado con su curso.

Pero el mayor reto estaba detrás de aquellas puertas que se le hacían gigantes en ese momento. Se acomodó de nuevo las rodilleras como un astibo de coraje para entrar, tomó aire y la deslizó de golpe.

Mala idea.

Si quería pasar desapercibida, la había cagado rotundamente, ya que el final de la puerta aplastó el pie del profesor -según le había dicho su hermano- a cargo del equipo.

—¡Lo siento!

El señor de lentes rió ante la chica que hacia una reverencia, en verdad no se había lastimado, sólo fue un pequeño dolor— No pasa nada.—ella no quería alzar la cabeza, ya que sabía que al rededor habían chicos. Aprovechando eso, Takeda llamó a todos para presentarla ya que Ukai no había llegado aún.—¡Muchachos!, ella es Hoshi Ukai, la nueva integrante.

Se animó a enderezarse para mirar a algo que no sean los labios del profesor que la había presentado. Estos tenían una sonrisa en sus rostros y pudo entender que le estaban dando la bienvenida. Miró uno por uno hasta que vio a Nishinoya y éste se acercó a ella.

—¡¿Por qué no me dijiste que jugabas voley?!

—N-no sabía que estabas en el equipo, Noya.

Volvió a mirar a todos y estos se encontraban sorprendidos, supo al igual que Nishinoya que se estaban preguntando interiormente si ya se conocían, así que el más enano -cosa que se había dado cuenta ahora- aclaró.

—Va a la misma clase que yo.—dijo agarrándola de los hombros, poniéndose de puntitas y antes de que pudiese seguir explicando, una voz fuerte alertó a todos, haciéndola girar a ella hacia donde veían.

—Y es mi hermana.—soltó el rubio entrando y llegando al frente de ella, mirando mal a Nishinoya quien volvió a la fila de chicos.

Lo único que podía ver era la gran espalda de Keishin. Supo que lo había hecho a propósito, cuándo vio las miradas de pena supo instantáneamente que les había comentado su condición y explicando porqué debía estar ahí.

Pero habían dos que no expresaban nada, o eso veía ella. Era un chico pelinegro y otro rubio con lentes. Ambos parecían ni siquiera interesarles el tema y eso la hizo ponerse nerviosa, quizás ya le caía mal de entrada y no quería llevarse mal con ninguno.

Su hermano dejó de lado su pequeño discurso y la miró para presentarles a uno por uno. Supo que el nombre de los chicos serios eran Tobio Kageyama y Kei Tsukishima. Pero ahora que estaba practicando con Nishinoya -por órdenes del entrenador- éste le había dicho que así eran sus caras normalmente.

—Oh, y cuándo veas que Kageyama agarra a Hinata de la cabeza, no te preocupes, así se llevan.

Por instinto, miró a los dos chicos que estaban practicando juntos, pero parecía que el pelinegro confundió la cabeza del pelinaranja con la pelota de voley.

—Ya veo.

Agradecía totalmente que Nishinoya le haya explicado cada detalle hablando lentamente. Podía leer labios, pero no cuando estos básicamente rapeaban como Eminem. También habían dos chicas que eran las mánager de Karasuno. Ellas fueron amables, pero más Kiyoko ya que Yachi estaba petrificada viéndola, cosa que le puso algo incomoda.

Se tiró en su cama leyendo lo que las dos chicas le habían dado, eran los movimientos que tenían y cual era el arma de cada uno. Al parecer si anotaban todo ya que también pudo apreciar un par de partidos contra Nekoma y Aoba Josai. Recordó los duros partidos contra el Nekoma y cuanto su abuelo se quejaba, para luego decir que eran buenos rivales.

Soltó un suspiro pensando que ese día le habían salido bien las cosas. No fue tan malo como creía, al mudarse de repente de una ciudad a otra no fue algo cómodo en un principio, pero creyó que quizás si podía adaptarse.

Escucharte || Haikyuu!!  [Kei Tsukishima] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora