VII- Primer día.

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La gota de sudor que caía de su frente era una de muchas que recorrían su cuerpo

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La gota de sudor que caía de su frente era una de muchas que recorrían su cuerpo. Era la tercer vez que corría colina arriba con su equipo y ya quería dormir. La noche anterior no durmió nada debido a que Kageyama y ella se quedaron hasta tarde hablando de la vida y el voley, se hicieron más cercanos en las últimas semanas. Sin embargo, todavía no podía responder a los armados rápidos de él, pero no se rendiría fácil.

Al llegar a la cima, sintió un par de toques en su hombro. Al darse la vuelta, Nishinoya le entregaba una botella de agua.

«Gracias» señaló para luego agarrarla.

La sensación del agua pasando por su garganta fue la cosa más satisfactoria que sintió en lo que llevaba la corta mañana. Era su primer día de campamento y no habló con nadie por haber llegado tarde, casi a media mañana.

Le prestó atención al chico al ver que éste hablaba— Quiero practicar contigo cuando armo, ¡Ya puedo hacerlo!

Con una sonrisa, abrazó por los hombros al teñido para comenzar a bajar la colina. Compartió el sentimiento de alegría con él, le agradaba que lo hubiese logrado.

—Con gusto, Noya.

El chico se separó de ella avisándole que hablaría con Asahi, eso le recordó que debía hablar con alguien. Buscó al chico entre todos y al visualizarlo corrió a su lado.

—¿Hablaste con Hinata?—El pelinegro negó con la cabeza—¿Eres idiota?—la sorpresa se plasmó en el rostro de Kageyama— Ambos son orgullosos, y no funcionan bien si no hablan, ¿Sabes?

—En ese caso, que él venga a hablarme.

Miró mal a Kageyama y supo que tratar de hacer que se disculpe con Hinata, era lo mismo que hablar con una pared. No entendía por qué ambos simplemente no se pedían una disculpa y listo, volverían a ser el mismo equipo que antes. Pero no, prácticamente se partía en dos al tratar de pasar el tiempo con los dos chicos de primer año.

Al llegar colina abajo, se separó de Kageyama al ver que las managers les ofrecían unos trozos de sandía. Animadamente, tomó uno y se sentó en el pasto, bajo el rayo de sol que la derretía, pero estaba disfrutando del trozo rojo con semillas. Una sensación satisfecha recorrió por su garganta ante la fresca fruta. Miró a un lado y no se dió cuenta de que Kenma estaba ahí.

Se sobresaltó un poco, pero el chico siguió comiendo su sandía tranquilamente, mientras levantó una mano para saludarla, y ella se lo devolvió. No le dijo nada en esos cortos minutos, ya que estaba mirando a su alrededor. Los tres de tercero hablaban animadamente con un grupo de los otros equipos, Tanaka y Nishinoya trataban de hablar con Shimizu o algo así, ya que Ennoshita los golpeó en la cabeza por estar molestando a la chica. Kageyama se perdió de su vista y Hinata se había acercado a ellos, lo saludó con una mano.

—Kenma-kun, Hoshi-chan, ¿Jugarían conmigo más tarde?

Miró a Kenma que también la estaba mirando y supo que esperaban la aceptación de ella. Sin más que pensar, asintió con una sonrisa, quizás practicar con Hinata y Kenma ayudaría a sus bloqueos.

La mandarina y el teñido comenzaron a hablar y ella dirigió su mirada buscando a los dos que faltaban. Vio a Yamaguchi al lado de Tsukki, quien descubrió que ya la estaba mirando, pero al conectar miradas, el rubio movió su mirada a otro punto. Arrugó las cejas y pensó que habían pasado los últimos días para que él actuase indiferente, tanto que ni siquiera ya entrenaba con ella.

(...)

—Shoyo, ¿Estás bien?

No entendió como el de cabello naranja había caído de manera tan torpe al suelo. Estaban practicando bien los tres y de la nada el chico se golpeó contra la red, pero eso no impidió que sorprendieran a ambos sempais al levantarse rápidamente como si nada hubiese pasado.

—Perfecto, sigamos.

Miró a Nishinoya y supo que éste pensaba lo mismo que ella. Ambos se pararon con una mirada de pena en los ojos, supo que el teñido no iba a ser capaz de decírselo, así que habló.

—Shoyo, creo que debemos parar por hoy, ¿Si?— como acordaron antes, habían practicado luego de los partidos, pero estaban cansados de tanto saltar, bloquear y armar, y ninguno entendía porqué Hinata seguía en perfecto estado—No es que no queramos practicar, solo...

—Oh, está bien. Nos vemos luego.

Sin más, la mandarina se fue del gimnasio dejando a los dos de segundo solos y confundidos, aunque Nishinoya estaba más confundido. Soltó un suspiro agotado y tomó la botella de agua que había llevado.

—Hinata y Kageyama no se hablan desde hace tres semanas, Noya— miró al chico que estaba a unos metros— Ya le dije a Tobio que hablase con él, pero no me hace caso y con Hinata es imposible. ¿No se dan cuenta que se afectan tanto a ellos como a nosotros?

El más enano se acercó y puso una mano en el hombro de la chica con una sonrisa— No te preocupes, Hoshi. Ellos arreglaran su problema en cualquier momento, lo sé. Ahora descansa, trata de comer algo, no cenaste.

No había cenado por haberse quedado a bloquear con Lev y luego con Kenma como Hinata había pedido. Asintió y despidió a Nishinoya para dirigirse al comedor, que de paso cargaría agua en su botella para tener en la noche. Al salir de la cancha, un viento la recibió con un aroma que relacionaba con el verano, podía jurar escuchar a las chicharras en los árboles y el sonido de las olas de la playa a la que iba de pequeña. Pasó frente a un gimnasio y al dar un vistazo encontró a Lev, que parecía no descansar, al capitán del Nekoma y a dos chicos del Fukurodani que todavía no sabía los nombres, era el primer día, así que trataría de saberlo en los próximos. En realidad, Lev y Kenma dijeron el nombre del chico, pero no podía recordarlo.

No prestó atención a lo que hacían y se dedicó a trotar para llegar más rápido al comedor oscuro. Pero luego de unos minutos no encontró nada preparado y no tenía ganas de cocinar a mitad de la noche. Sirvió mas agua en su botella y sintió gruñir su estómago, pero trato de ignorarlo al pasar por los pasillos del lugar donde se quedaban.

Se asustó cuando vio una silueta a menos de un metro, retrocedió impactada y ésta avanzó, dejando ver a Tsukishima siendo iluminado por la luna.

—¡Me asustaste!

El chico le dio una sonrisa egocéntrica y mostró su mano izquierda— Supongo que tienes hambre.

Agarró el sándwich y le mandó un mordisco disfrutando el sabor—Gracias.—le dijo con la boca llena, pero luego recordó algo—Oye, ¿Por qué me estuviste evitando estos días?

El semblante orgulloso del rubio cambió a otro más molesto, pero la miró fijamente— Estuviste pasando mucho tiempo con Kageyama.

—Claro, quise mejorar. Todos estuvimos trabajando, ¿tú no?

—¿Qué tendría que mejorar?, es sólo un club.

Miró confundida a Tsukishima que pasó a su lado sin decir nada más hasta donde vio. Siguió comiendo su sándwich en el corto camino a llegar a donde dormía con las otras chicas. ¿De verdad consideraba a ellos sólo un club?

Si para él, Karasuno solo es un club, no querría preguntar que era ella.

Escucharte || Haikyuu!!  [Kei Tsukishima] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora