IXX- Dos y uno.

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El sonido de los autos de la gran ciudad, seguidos de cantos de pájaros hicieron humedecer sus ojos

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El sonido de los autos de la gran ciudad, seguidos de cantos de pájaros hicieron humedecer sus ojos. Habían unos niños peleando a unos metros y ella podía escuchar como peleaban por quién amacaba a quién. También pudo escuchar los crujidos de las piedras que pisaba a medida que avanzaba. Comenzó a respirar hondo, ya que sintió como las lágrimas amenazaban con aparecer.

Sin embargo, no se tomó el tiempo a emocionarse, ya que sabía que si no tomaba el próximo tren que la llevara a la otra estación, llegaría cuando comenzara el 3er Set. Y aunque sea, si tomaba el tren en ese instante, llegaría más o menos a la mitad del set.

Para su suerte, al llegar a la estación y chocar un par de personas, pudo subirse al amontonado tren antes de que sus puertas se cerraran. Sin querer, terminó pisando a una señora, y nunca estuvo tan feliz de escuchar a una señora maldecirla.

Comenzó a manifestar interiormente que el tren se apresurara, y mientras lo hacía, también pensaba en cómo reaccionarian los chicos cuándo se enterasen. ¿Le habrán avisado a Kenma, Kuroo, Bokuto y Akaashi?, estaba segura que esos cuatro tenían algo que ver con todo, desde el festival de verano que había algo que no le cerraba de la atracción que tuvieron los chicos del equipo.

Al escuchar lo que indicaba el altavoz, salió disparada del tren, corriendo lo que más podía de la estación. Según el mapita que había visto, tenía que subir un par de calles y llegaría, y así fue. Entendió a lo que se refería el doctor con «sonidos fuertes», ya que por estar corriendo no vio un auto que justo pasaba, y tocó bocina, la cuál escuchó más alta que todo lo demás.

Entró rápidamente al lugar dirigiéndose a la cancha, ingresando por las gradas del lado del Karasuno, por lo que pudo ver. Se encontró con un puñado de gente de la escuela, así que decidió meterse en los últimos asientos al fondo, que estaban algo vacíos y podía ver todo desde arriba.

Se sentó a unas sillas a la izquierda, pero en la fila de enfrente, de unos chicos que no había visto en la escuela. Sin embargo, se quedó atenta escuchándolos mientras miraba el partido. Al parecer el de lentes no hacía más que comentar lo que estaba pasando, señalando también los puntos de cada equipo, como si los conociera a fondo. Más específicamente a Tobio, al parecer el de lentes conocía muy bien al chico de primer año. Pero cuándo éste se refirió a Tsukishima como un arrogante molestoso se dió la vuelta para mirarlos.

—Disculpen, ¿Pero qué hacen como señoras chismosas hablando de equipos de los que no son parte en el fondo de las gradas?

Ambos la miraron sorprendidos, aunque el de lentes no se quedó callado—¿Y qué haces tú escuchando conversaciones ajenas?

—Solo hacemos observaciones sobre ellos.—dijo tranquilamente el otro chico.

—Pues tu amigo— señaló al de lentes—, parecía más un criticón que un observador.

El chico miró por unos segundos al señalado, para luego mirarla otra vez. En cambio, no pudo escuchar claramente lo que dijo, debido al sonido que había y al nivel que estaban los audífonos, por lo que le pidió amablemente que repitiera lo que había dicho. En ese momento, ambos la miraron, dando a notar que recién se habían dado cuenta que traía puesto unos aparatos auditivos en los oídos. Ahora, no le tomaron importancia al asunto, el castaño miró hacia la cancha y el de cabello puntiagudo solo repitió lo que dijo en un tono más fuerte— Que tienes razón, es un quejón la mayoría del tiempo.

Escucharte || Haikyuu!!  [Kei Tsukishima] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora