XL| Regalo improvisado

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La segunda hora termino y salí del salón algo aturdida por el test... Joder, me exprimían la cabeza a más no poder, pero me daba calma saber que pasaría al menos un momento con Zayn, escondidos y alertas, pero juntos. Tati solo me miro con una media sonrisa y yo le guiñe, subiendo las gradas para llegar al segundo piso. La puerta estaba abierta y estaban saliendo algunos niños, que iban apresurados a su receso.

-Gracias, Antonella-escuche la voz de Zayn decirle a una niña castaña que estaba frente a su escritorio. Ella asintió susurrando algo y se volteo sonrojada, caminando para la salida. La seguí con la mirada, mientras ella solo me ignoro por completo. Me daba gracia lo que causaba Zayn en niñas de 15 o 16, que apenas empiezan a saber que es realmente un hombre... O bueno, tal vez las subestimo (demasiado), pero seguían siendo niñas y él un hombre... Era cómico- oh, Srta. Ferro-sonrió de lado, dejando el papel que la niña le había entregado sobre la mesa para ponerse de pie. Paso por mi lado y cerro la puerta, asegurándose de que nadie pudiera entrar- No tengo clase a la siguiente, así que puedes quedarte hasta el final del receso-elevo la comisura de su labio, caminando de vuelta al escritorio-

-¿Notas lo sonrojada que pones a las niñas solo con sonreírles?-solté una suave carcajada, tomando el papel para ver que decía. Era una tarjeta con colores, fotos y un "Happy Birthday" en el frente... ¡Maldita sea!-Aw, que linda-solté una risita nerviosa >>joder joder joder, lo olvide<< y abrí la tarjeta, sintiendo sus manos en mi cintura y su respiración chocando con mi cuello. Contuve el aliento mientras abría la tarjeta. Estaba llena de diferentes colores y mensajes, con firmas y nombres por todos lados- Se nota que te quiere este grado, son muy dulces.

-Sí, aunque no sé como saben de mi cumpleaños-susurro sobre mi oído y luego río- porque incluso mi novia lo ha olvidado-la risa se volvió más profunda, riendo con más placer... Me sentía horrible, culpable e idiota, aunque no era la primera vez que el cumpleaños de alguien importante se me olvidaba. Mi memoria para las fechas era la peor-

-Lo siento tanto-solté en un suspiro y me gire para abrazarlo- debo compensarte eso, no puede ser-solté una risita mientras él me abrazaba y negaba- Lo olvide por completo, la escuela, el estrés, mi mala memoria... Todo se junto para que lo olvidara, lo siento-repetí y tome sus mejillas entre mis manos para plantar un beso en sus labios- perdón-murmure sin repararme mucho de sus dulces labios-

-No importa. Te dije que no celebrara mi cumpleaños, Mónica, no me interesa demasiado si lo olvidas o lo recuerdas-acaricio con dulzura mi mentón y me obligo a besarlo nuevamente, aunque acepte con placer sus labios. Una de sus manos seguía en mi cintura y esta me tomo con más fuerza y me jaló hacia él, chocando nuestros cuerpos. Un jadeo de asombro me asalto y rodee su cuello con mis brazos, en un abrazo-

-Pero igual, tuve que haberlo recordado, soy una idiota-dije al separarme, viendo sus ojos dorados, brillando con la luz solar que entraba por las ventanas. Admiraba tanto esa mirada llena de vida y diferentes sensaciones y emociones que no podía explicar... Había algo especial en sus ojos y era la incertidumbre, siempre tan indecisos, pero misteriosos, queriendo ocultar sus pensamientos tras una mirada firme, pero tranquila- Tratare de convencer a papá de poder ir a tu casa ¿te gusta el pastel de chocolate?-Mis labios se separaros, dejando en su lugar mis dientes y una gran sonrisa de inocencia-

-Con fresas-aseguro y luego beso mi frente, abrazándome con más fuerza, pero sin aplastar mi cuerpo contra el suyo- Pero no interesa linda, no te metas en problemas con tu padre por eso ¿está bien? -solo asentí sin prometer nada, en verdad no me interesaba las reglas de mi padre, quería celebrarle el cumpleaños número 29 a mi novio-

Me separé un poco, bajando mis manos por sus hombros. Di una caricia a su pecho para luego revisar mi celular. Nos quedaban 10 minutos de receso y podía hacer magia en ese momento. Adiós vergüenza, adiós modales, yo debía darle un regalo a Zayn y aquello no sería algo material.

Sr. Malik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora