Sr. Malik

X||| Conociendo la realidad

Di unos pasos más hacia el café, quedando ya sobre un techo que me protegía de la lluvia… Pero creo que ya no importaba demasiado, ya estaba completamente empapada. Mi jeans, la camiseta bajo la chaqueta, mis converse rojos y mi cabello habían sufrido en la tormenta y ahora vería a Zayn Malik así, empapada.

Solté un suspiro y puse la mano sobre la manija de la puerta para entrar, pero una idea me invadió dejándome inmóvil.

¿Por qué me importa tanto lo que piense él? Es solo otro humano mas sobre este planeta, un hombre más en mi vida, ni si quiera debería importarme, digo, es mi profesor, no mi amigo ni si quiera una opción de novio… Esta tortura de pensar día a día en él me estaba llevando a un abismo de donde nadie podría sacarme, era un callejón sin salida ¿no?.

¿Realmente amaba a este hombre? No lo conozco, no conozco su actitud y costumbres, su forma de vida, no sé tan siquiera su segundo nombre y apellido. Me limito a amar una imagen que mi mente creo, un personaje de un sueño, esa era la verdad. No miraba mas allá de la dulce mentira que fue aquel sueño o de sus malditos enigmáticos ojos en ese rostro perfectamente creado… Era solo una cara bonita y una actitud falsa, no valía la pena ¿no?

-¿Va a entrar señorita?-pregunto una voz suave y ronca, al voltearme me encontré con una pareja bajo una sombrilla esperando que me apartara de la puerta. Solo negué temerosa y di un paso atrás, dejándolos entrar-

Estaba sacrificando mi vida en algo falso, en una obsesión o al menos así lo miraba. Louis y yo podríamos ser esa dulce pareja que entro al café, yo y Louis podríamos ser una pareja si no tuviera una obsesión con un sueño, con una idea. Yo necesitaba amor, necesitaba un ancla donde poner mis inseguridades, mi inestabilidad, alguien al quien podría decir “Lo amo” y que ahí canalizaría toda esa mierda del amor que nunca expresaba. Yo necesitaba un ancla, pero él parecía ser tan solo una ancla inflable, era solo imagen de mi mente… No era real, no me sostenía, me dejaba a la deriva.

Estaba cambiando mi vida, mi ser, era otra persona gracias a él. ¿Dónde había quedado mi valentía? Aquel primer día que le hable, la seguridad en mis palabras ¿Dónde estaba esa chica que confesó tener sueños eróticos con su profesor, esa que hizo una cita después de clases? Si, ahora lo entendía. La deje ahí, ella era la del sueño y se quedo ahi, en el sueño mientras una nueva yo robo mi vida y seguía adelante, una nueva yo que tenia los sentimientos bajo una capa de algodón, no de hierro como antes… Una nueva yo a la que la valentía era muestra de autoestima, que no poseía.

La nueva yo estaba en ese momento frente a la puerta de un café italiano, con la mano en la manija a punto de entrar a seguir con la misma mierda, mientras la antigua yo estaba dando la vuelta, olvidándose de alguna vez haber amado ese espejismo, si, esa era la antigua yo que debía encontrar.

-Demonios Mónica, estas empapada, ¿Qué te sucede? Te vi venir hace como 10 minutos y no entrabas-La gruesa voz de un hombre me saco de mis pensamientos. El mundo tenía algo en contra de mi- Entra, por Dios… Estas congelada, será mejor que te vaya a dejar a casa para que te calientes-agacho la cabeza para verme a los ojos que ahora estaban inexpresivos, estaba tan concentrada que no había sentido la reacción de mi cuerpo a la baja temperatura y el agua combinadas-

-No, no… solo-lo mire nuevamente, sus ojos hoy eran oscuros y penetrantes, con un brillo de preocupación que me hacía difícil pensar que todo aquello era irreal- Solo entremos, hay calefacción aquí, con eso me basta-hice que me soltara y pase por su lado, ida, en mi propio mundo-

-¿segura?-solo asentí sintiendo como su presencia me seguía por el pequeño café. Zayn me tomo con delicadeza del hombro y me hizo ir junto a él a una pequeña mesa redonda frente a la ventana que daba a la calle. Cuando me senté me cerré mas la chaqueta de Harry, teniendo la esperanza que me calentaría así- ¿es la chaqueta de Louis?-miro la chaqueta negra, obviamente de hombre con un agradable olor a Harry que poco a poco se desvanecía por la humedad. Lo mire frunciendo el ceño ya que su mirada había perdido el brillo, ahora solo eran ojos negros viéndome inexpresivos-