XXXV|| "Feliz" año

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Después de hablar un rato con papá sobre el tema, subí junto a Roko y me desplome en mi cama, sonriendo como una completa idiota. Sus palabras, sus gestos, sus mejillas sonrojadas y esa actitud nerviosa con la cual me hablaba. Sus labios, su sonrisa, su voz, cada cosa que provenía de él era impredecible y hermosa. Sus tatuajes, cada tatuaje… Hmm, podía pensar y analizar cada uno de ellos por el resto de mi vida. Eran una obsesión por alguna razón.

Me puse de pie y saque mi cuaderno de dibujo, junto a todos mis lápices. Un plumoncillo negro y otro rojo, un color amarillo a un lado y mi borrador.

La luz del exterior fue opacándose hasta convertirse en una manta negra cubriendo nuestro cielo, pequeños puntos blancos se pintaban en el cielo, pero no podía verlos. Podía imaginarlos, sabía la posición exacta de muchas desde mi ventana. Maldita sea la ciudad, su polución y sus luces, opacan la maravilla que se dibujaba en el cielo cada noche, haciendo que se perdiera su magia.

-Mónica, ¿vas a cenas?-Marcus se asomo a la puerta y voltee a verlo- ¿Qué domonios haces con la ventana abierta? Hace frio-frunció el ceño. Me encogí de hombros, cerrándola para volver a mi escritorio, empujando mi silla con ruedas hasta volver a mi dibujo. Me había quedado viendo al cielo, imaginando las estrellas-

-Ya iré, solo guardare esto-le sonreí de lado y él asintió. Antes de salir, camino tranquilamente a mi lado y miro el dibujo. Algunos bocetos inexactos de los tatuajes de Zayn estaban en el papel- Ya he visto esto-señalo el zap amarillo con fondo negro- Es un tatuaje de tu novio ¿no?

-Si-reí bajo, sonrojándome- Ya vamos-cerré el cuaderno y junte todas las cosas en una esquina- Anda, camina-lo empuje-

Fue una cena tranquila. Mi tía y mi tío nos habían traído comida a todos al volver. Hablábamos de  cosas comunes y reíamos por el ingenio de mi tío. Marcus me dio la sorpresa de que fue a traer mi auto… Gracias a Dios estaba completo e ileso, por excepción de un rasguño a un lado.

Cuando la cena termino, junte los platos y los lleve al fregadero, ofreciéndome para lavarlos. Marcus estuvo conmigo todo el rato(sin ayudar, por supuesto). Mientras hablábamos de lo aburrida que es la vida, recordé a Sebastián, dándole una chispa de suspenso a la noche

<< ¿Marcus tendrá la razón? ¿Qué demonios haré si le gusto a mi mejor amigo?>> pensaba una y otra y otra vez, desconcentrandome de mi conversación con mi primo.

Al terminar con el último plato, le di una palmada en el hombro a Marcus y subí algo rápido, ansiosa a tomar mi celular y ver como había reaccionado Sebastián. Tenía muchos mensajes de diferentes personas y una llamada perdida de Tati. Le respondí en el chat para calmarla, hacerle saber que no la odiaba ni la estaba evitando, luego le respondí a Harry con un largo mensaje y de último, me metí en el chat de Sebas.

De: Sebas

“No puedo creerlo…”
“Estas de joda… Mónica, ¿estas bromeando?”
“¡¿QUÉ DEMONIOS PASA EN TU CABEZA, MÓNICA?!”

Seguí bajando, ignorando muchos mensajes parecidos y otros desesperado que le contestara. Puse mis ojos en blanco por unos segundos al leer las bobadas que decía de Zayn. La sangre me hervía de la rabia, no podía creer que seguía con su farsa.

“Bien, no me contestes, perra… No puedo creer la idiotez que acabas de cometer. ¡No estaré para ti cuando él te rompa el corazón y no cumpla sus promesas!”
“Duele saber que me has cambiado por ese hijo de puta que pretende ser lo que no es”

Con notable furia empecé a apretar cada tecla en la pantalla para crear palabras… Justo las palabras que deseaba. Tal vez me arriesgaba o jugaba con fuego. Podía luego arrepentirme, pero no podía evitarlo.

Sr. Malik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora