lıllı 37 ıllıl

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-Espera -me dijo.

Frené en seco. Salir corriendo es bastante patético, pero más aún si te pescan. Me quedé ahí plantado un instante, sin querer (y, en parte, sin poder) darme vuelta y mirarlo de frente. Intenté poner cara de «Vaya, ¿Cómo tú por aquí?, ¡Qué casualidad!», con todas mis fuerzas. Por la forma en que se me tensaron los músculos de la mandíbula, estoy seguro de que más bien puse cara de «¡Me he quedado helado!».

-Lo siento -dije sonriendo con los dientes apretados-. He pensado que ya era hora de volver al tren y que...

-Sí -me interrumpió con dulzura-. Eso había imaginado.

Taehyung ni siquiera estaba mirándome. Sacó un gorro del bolsillo y me lo tendió, y me sentí un tanto abochornado. Parecía de Yang mi, tenía un pompón gigantesco en la punta.

-Se me ha ocurrido que a lo mejor te hacía falta -aclaró-. Puedes quedártelo. Yang mi no necesita que se lo devuelvas.

Lo tomé y me lo puse, porque Taehyung parecía decidido a quedarse ahí de pie, ofreciéndome el gorro, hasta que toda la nieve se fundiera a su alrededor. Me apretaba un poco, pero agradecí lo abrigadas que me quedaron las orejas.

-He seguido tus huellas -respondió la pregunta que yo no había formulado-. La nieve me lo hizo fácil.

Había seguido mis huellas, como si yo fuera un oso.

-Siento haberte metido en todo este lío -dije.

-En realidad no he tenido que andar mucho. Estás a sólo tres calles de nuestra casa. Has estado dando vueltas en círculo.

Era un oso bastante idiota.

-No puedo creer que hayas vuelto a salir vestido así... -dijo-. Deberías dejar que te acompañara. Si sigues por aquí, no llegarás.

-Voy bien -me apresuré a decir-. Alguien acaba de indicarme el camino.

-No hace falta que te vayas, ya lo sabes.

Quise añadir algo más, pero no se me ocurría nada.
Él lo interpretó como una despedida y asintió en silencio.

-Ten cuidado, ¿de acuerdo? Y... ¿Podrías avisarme si lo logras? Llámame o...

Justo en ese momento empezó a sonarme el celular. El sonido debió estropearse con el agua, y el timbre de llamada sonaba muy alto y agudo, como el chillido de una sirena recién abofeteada. Era un chillido sobresaltado. Un tanto acusatorio. Dolorido. Lloroso.

Era Jungkook. En realidad, en la pantalla, donde las letras se veían descolocadas, decía jumkugo, pero yo sabía que quería decir. No respondí; me quedé mirando el teléfono. Taehyung se quedó mirándolo. Las niñitas que nos rodeaban se quedaron mirándonos a nosotros y el celular. Dejó de sonar, pero volvió a oírse. Vibraba en mi mano con insistencia.

-Siento haber sido un idiota -dijo Taehyung, en voz alta para que lo oyera a pesar del ruido-. Y seguramente no te importe lo que piense, pero no deberías responder.

-¿Qué quieres decir con eso de que has sido un idiota? -le pregunté.

Taehyung se quedó callado. El teléfono dejó de sonar y volvió a empezar. jumkugo tenía muchas ganas de hablar conmigo.

-Le dije a Jimin que lo esperaría -respondió al final-. Le dije que lo esperaría el tiempo que hiciera falta. Él me dijo que no me molestara en hacerlo, pero yo lo esperé de todas formas. Durante meses tomé la desición de no mirar a ningún otro. Incluso intenté no mirar a las animadores . Ni siquiera mirarlos, enserio.

Ya sabía a qué se refería.

-Pero me fijé en ti -prosiguió-. Y eso me descolocó, desde el primer minuto. No solo el hecho de haberme fijado en ti, sino ver que estabas saliendo con alguien que supuestamente era el tipo perfecto y que no te merecía. Era la misma situación en la que yo me encontraba. Aunque creo que él ha dado cuenta de su error. -Señaló el celular con un gesto de la cabeza; se había puesto a sonar de nuevo-. De todas formas, me alegro mucho de que hayas aparecido en mi vida -añadió-. Y no te dejes manipular por ese tipo. Por favor, no te dejes manipular. No te merece. No te dejes embaucar.








Esta historia es dedicada especialmente para ChicaV_
♡.

EL EXPRESO DE HOSEOK • VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora