Capítulo X. Hallazgo

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6 años atrás
Isla de Berk
Hallazgo

-¡Los dioses me odian! -exclamó aquel castaño en medio del bosque mientras gritaba con todo su ser.

Desde hace ya varias horas se encontraba rondando por el bosque en busca de aquel dragón de anoche. Pero no había tenido suerte. Estuvo buscando en cada parte del bosque donde posiblemente pudo haber caído, pero en ningunos de aquellos lugares lo estaban.

-Hay Vikingos que pierden cuchillos en el lodo pero yo no. Yo pierdo un dragón entero -se quejó pateando una roca del suelo.

Tenía que encontrar de alguna forma aquel dragón, si no lo hacía no podría demostrarles a todos lo equivocados que estaban respecto a él. Necesitaba entrar a la escuela de dragones y ser el hijo de Stoiko el Bastó que mató a un dragón por si sólo. Pero las circunstancias no cooperaban.

Mientras más se dedicaba a buscar aquel animal, notó como varios árboles se encontraban rotos desde la copa y comenzaban a ser más por debajo mientras avanzaba. Al final, notó un árbol que se encontraba completamente en el suelo junto con un camino de tierra guiandolo.

-Vaya árbol. -mencionó una voz a lado del chico.

Al escuchar aquello, el jóven solamente se dedicó a dar un leve grito de susto mientras saltaba del lugar en el que se encontraba. Se trataba de aquella pelirroja.

-¿Pero qué? ¿qué haces aquí -dijo recobrando su postura notando como la jóven subía al árbol y comenzaba a caminar sobre él.

-Acompañandote ¿no es obvio?

-Tú no deberías de estar aquí -dijo el chico con voz de autoridad siguiendo a la chica-. Deberías de estar en casa. Si te llegará a pasar algo, mi padre -lo interrumpió.

-Oh vamos Hiccup, no va a pasarme nada. Además, tú estás aquí conmigo protegiéndome, dudó que me pase algo -dijo con cierto sarcasmo en su voz mientras miraba al chico con una sonrisa-. Aparte, ¿crees que te iba a dejar toda la diversión? Sé que atrapaste algo anoche y no pensaba dejarte solo -antes de que el chico pudiera cuestionarse, la voz de la chica se escuchó- ¿Pero qué es eso? -dijo para bajar del tronco y su mirada se fijará solamente en algo o alguien.

Hiccup se colocó justo a lado de la chica para observar lo mismo que ella. Al final de aquel camino en la tierra, se encontraba una bola negra recostada con varios lazos a su al rededor. Sin duda se trataba del dragón de anoche. Rápidamente, el castaño tomo de la mano a la chica y esconderla a la misma altura que él detrás del tronco. No hubo necesidad de palabras, para mencionarle a la chica, que lo siguiera detrás suyo.

Al notar la posición del dragón, Hiccup y Merida salieron sutilmente de su escondite y comenzar a acercarse a él. Cada uno portaba alguna arma para defender y no repetir lo de a noche; Hiccup, cargaba una daga consigo; y Merida, sin dudar tomo su arco para esta aventura.

Fue en ese momento, dónde el castaño cayó en cuenta a cerca de la posición donde se encontraba. Al fin lo había logrado. Tenía ante él, un dragón que cambiaría todo lo que conocía, sus problemas por fin estaban resueltos y todo se encontraba servido en bandeja de plata. Varios gritos provenientes de su pecho lanzados al aire llenos de victoria y triunfó, ignorando por completo a la pelirroja que se encontraba a su lado.

Entonces, el dragón que se encontraba seguramente inconsciente o descansando, abrió uno de sus ojos observando fijamente al chico mientras de él brotaba un gruñido. Asustado, Hiccup dió un saltó hacia atrás chocando con una roca.

El miedo es lo más poderoso que tenemos cada uno de nosotros y puede llegar a ser la cosa más letal. Miedo y victoria se combinaba en el centro de su pecho mientras veía su daga en mano, era momento de hacer lo que tuvo que haber hecho desde un principio.

-Te voy a matar dragón... -a las palabras del castaño, una fuerte sorpresa se hizo presente en la chica que lo miraba detenidamente- Te voy a sacar el corazón y se lo daré a mi padre... Soy un vikingo... -durante cada palabra que mencionaba, la pelirroja mencionaba el nombre del chico en un susurró que seguramente nunca notó- ¡Soy un vikingo! -dijo él al final en un grito.

El chico miró por última vez su daga para alzarla con ambos brazos por arriba de su cabeza directo al corazón del animal. La pelirroja sabía desde el fondo que ésto estaba mal, demasiado mal, pero no podía interferir en las tradiciones de aquel lugar; así que solamente bajo su arma y apartó su mirada mientras esperaba el final de todo esto. Tal vez fue el error del chico o realmente la desicion correcta; abrió sus ojos para ver a su víctima resignada a aceptar su destino esperando la daga en su pecho.

-¿Yo hice esto? -susurró el chico alejándose mientras tiraba su arma al suelo.

Al momento en el que la chica cayó en cuenta de las palabras del castaño, notó como apresuradamente había cogido el arma y se encontraba cortando las sogas que rodeaban al animal. En eso, aquel negro animal no dudo ni un solo segundo para abalanzarse en el chico sabiendo desde el fondo que se merecía aquel destino.

-¡Déjalo en paz! -gritó la pelirroja alzando su arma acercándose al animal.

Aquellos segundos fueron los más largos de la vida del castaño, pensando lo irónico que sería que el hijo de Stoiko el Bastó muriera por un dragón. Aunque lo único que hizo fue rugir lo más fuerte en su rostro y salir a una velocidad veloz del lugar.

-Hiccup, ¿te encuentras bien? -dijo la chica corriendo al lugar del castaño lanzando su arma al suelo.

-Claro, ¿por qué no debería estarlo? -se levantó para comenzar a mencionar "estoy bien", mientras intentaba caminar y después desplomarse en el suelo.

La pelirroja, se acercó al cuerpo del chico para preguntarse así misma que es lo que debería hacer en ese momento. Sin dudarlo, su mano se encontraba impactando la mejilla del chico que soltó un quejido de dolor llevando su mano al cachete.

-¡Oye tranquila! Tienes la manita pesada para ser una princesa

-Ah bueno, tú tienes pocos músculos para ser un vikingo -se quejó la chica para que recibiera disculpas por parte del castaño.

Ambos chicos se dirigieron a casa sin mencionar ni una sola palabra durante su trayecto. Mantenían un silencio como normalmente lo hacían, solo que en éste momento era diferente a los demás. El castaño solo quería llegar a su cama y poder recostarse hasta lograr procesar lo del día de hoy.

Al momento de llegar, notaron a Stoiko en planta baja seguramente esperándolos. Al alzar su mirada le sorprendió notar a los dos chicos juntos, pero por una parte le alegró que así fuese. En eso, Hiccup solamente se dedicó a hablar rápido mientras subía con rapidez las escaleras.

-Espera Hiccup -mencionó Stoiko mientras el chico se detenía en su ruta-. Necesitamos hablar.

-Saben, creo que los dejaré solos -dijo está vez la chica mientras señalaba las escaleras y comenzar a subirlas con una risa tímida.

En ese momento, la chica se colocó a un lado de las escaleras para comenzar a escuchar a cerca de que hablaban. Sabía que por un lado estaba mal en hacerlo, pero tenía el presentimiento de que la plática se encontraría relacionado con lo que sucedió en el bosque; y no se encontró equivocada. Al paso de unos segundos, escucho al chico subir las escaleras con un rostro triste y decepcionado de si mismo.

-Me alegró que no lo hayas hecho -mencionó la chica de repente mientras el castaño la miraba con confusión-, de asesinarlo. Y si tú no quieres hacer eso, yo te apoyaré -le otorgó una sonrisa cálida para dirigirse a su habitación.

















Holaaaa!
Ximena que onda? Hoy es lunes 🧐 Pues es puente y quería escribir un rato y pues actualización nueva 💗✨
Espero que les haya gustado 💗✨
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Mericcup: Love In AshesWhere stories live. Discover now