Capítulo XVI. Amigos

269 29 6
                                    


6 años atrás
Isla de Berk
Amigos

-Okey, sigo yo ¿qué comida no te gusta? -preguntó la pelirroja sonriente al castaño.

Después de su pequeño encuentro con el dragón, ambos chicos comenzaron a estar juntos a cada paso que daban. En la mayoría de sus pláticas, intentaban susurrarlas si se tratase de su nuevo amigo, Chimuelo, para no levantar sospechas.

Después de la escuela de dragones, Merida siempre esperaba al castaño desde arriba para después irse juntos al bosque. A la mayoría de los jóvenes vikingos se les hacía raro aquellas actitudes por parte de ambos, que incluso, en varias ocasiones invitaban a la pelirroja a sus reuniones para poder separarla del "pescado parlanchín" de la isla; pero siempre las rechazaba.

Mérida comenzó a comer en el comedor con el castaño; ambos se sentaban junto el uno al otro para estar en constantes charlas y risas. Además de los más jóvenes del lugar, la mayoría de los adultos también notaron aquella nueva pareja de amigos en el comedor, pero era grato verlos, y más para Stoiko. Era agradable ver a la pelirroja junto a su hijo comiendo juntos y divirtiéndose. Aunque le era un poco extraño verlos juntos todo el día, pero le reconfortaba que Mérida estuviera junto a una buena compañía, olvidando un poco su cruda realidad.

-La anguila -dijo con un tono de asco mientras provocaba risas- ¿y la tuya?.

-El estómago de borrego. -reacciono de la misma forma que su amigo para comenzar a reír.

En este momento, ambos chicos se encontraban en la herrería cuando ningún vikingo se encontraba fuera de su casa. Todos se encontraban durmiendo mientras los chicos se divertían a altas horas de la madrugada.

Ya hace pocos días, Hiccup junto a Mérida habían logrado distraer a Chimuelo para que el castaño logrará hacer medidas de su cola y crear un prototipo. Pero ahora, el castaño solo necesitaba hacerlo realidad con ayuda de sus herramientas que se encontraban en el taller. Con la compañía de la pelirroja, claro está.

-Okey, okey, sigo yo. ¿Cómo es DunBroch? -el rostro de la pelirroja cambio a uno serio mientras que el del chico se tornó rojo de nervios y palabras sin sentido salían de sus labios- No es lo que trataba de decir, o bueno si, no es necesario que me digas.

Durante todo el tiempo que llevaban consigo de amigos, Hiccup evitó a toda costa tocar el tema de su origen, para evitar poner triste o incomoda a la pelirroja. Pero al comportamiento del castaño, la pelirroja no pudo evitar darle una cálida sonrisa mientras veía al chico solucionar su error.

-No me molesta, Hiccup -le sonrió para que el chico parara de tartamudear-. Bueno, no se por donde comenzar con exactitud; DunBroch se encuentra a la vista del océano y todo es tan cálido con la brisa del mar, los árboles son tan altos como gigantes dormidos, hay tantos ríos ocultos que nunca acabaría de descubrirlos por sí sola, su gente es tan amable y feliz junto con la música. Pero hay algo en particular, existe una cascada tan grande que podría tocar las nubes con sus puntas; algún día la escalaré mientras nadie me observe, y al momento de estar en la parte más alta de ella, la tocaré con las puntas de mis dedos los cálidos rayos del sol que se depositan en él.

Cada palabra que daba la pelirroja, hacía referencia con sus manos; hipnotizando al castaño en cada palabra y movimiento que ejercía. Se imaginaba todo lo que ella le contaba que pareciera un sueño; en su cabeza se mostraba un Berk completamente distinto pero al mismo tiempo de la misma manera. No podía esperar para verlo con sus propios ojos. Pero, había unas palabras que la pelirroja mencionó que confundió todo el relato que el soñaba.

-¿Mientras nadie te observa?

La chica sorprendida por la pregunta comenzó a hablar sarcásticamente cada palabra que mencionaba junto con un poco de enojo en su voz:

-No puedo salir del reino sin que al menos un guardia me acompañe, con la excusa de que algo podría sucederme por el siempre hecho de que soy la princesa -suspiró-. Verás, dos años antes de mi nacimiento, la princesa del otro lado del mar, fue secuestra y nadie nunca más supo de ella. Desde entonces, en cada uno de sus cumpleaños lanzamos luces flotantes para que encuentre el camino a su hogar.

-Debe ser difícil ser princesa con esas reglas, ¿no? -cuestionó el castaño mientras observaba el metal que se derretía frente suyo.

-Bueno... Quitando las prácticas de baile, la historia, geografia y otras aburridas lecciones. No es tan mala, eh aprendido a defenderme con manejo de armas y lecciones de batalla, por cualquier cosa, así que soy una de las mejores guerreras de mi clan -dijo riendo mientras se tocaba el brazo mostrando sus dientes, aunque poco a poco fueron desapareciendo con una mirada perdida-. Y dime pescado -prosiguió ignorando aquel sentimiento-, ¿tienes algún amigo? No podríamos decir que aquellos chicos lo son, ellos son algo... -comenzó a divagar con su respuesta.

-¿Vikingos? -rió el castaño mientras sumergía el metal al agua para enfriarlo.

-Iba a decir bravucones, pero da igual.

-Bueno... Una vez hice un amigo de verdad, claro que solo lo conocí por días pero fue una conexión espléndida -rió mientras notaba la mirada de la pelirroja fija en él-. Fue hace mucho tiempo, viaje con mi padre a un lugar algo lejos de aquí a una pequeña aldea en busca de alimento a mitad de nuestra travesía por el mar; ahí, choque con un chico castaño que iba a toda prisa con su hermana jalandolo del brazo. Fue algo gracioso, ¿sabes? Por alguna razón comenzamos a hablar y tuvimos una conexión, su nombre si no mal recuerdo era Jackson. Pero el tiempo ha pasado y nunca lo volví a ver. -sonrió nostálgico a la pelirroja.

-¿Sabes? Ser una princesa no es como si te diera libertades de hacer amigos porque siempre hay responsabilidades -el castaño no entendía a qué intentaba llegar-. Me alegra que seamos amigos, Haddock. -mencionó con calidez en su rostro sonrojando un poco al castaño.

-A mi igual me alegra haberte conocido, rojita. -sonrió de la misma manera.

-Pero dejemos el lado cursi -se quejó la pelirroja dándole un golpe en su hombro mientras reía-. Es tu turno en preguntar.

Entre risas y bromas los chicos siguieron aquella noche. Sin que el uno ni el otro se diera cuenta el sentimiento que estaba surgiendo en el interior de ambos con aquellas últimas palabras.









Buenaaas! ✨
Tanto tiempo ha pasado jajaja dudó que alguien se acuerde de mí o algo jajaja perooo nueva actualización jejeje Mejor tarde que nunca 😗

Espero que hayan notado la pequeña noticia que les coloque en la descripción de la historia jejeje, pero pasaron muchas cosas perooo estoy de regreso 😗✌🏿

Intentaré actualizar una o dos veces a la semana para poder darles a conocer toda la historia lo más antes posible porque estoy demasiado desesperada para llegar a la parte jugosa de todo esto jeje

No olviden votar y comentar porque eso le ayuda a la autora a seguir con su vida y no acabar con ella jajaja

Nos leemos 💗


Mericcup: Love In AshesWhere stories live. Discover now