Capítulo XII. Arquería

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Hoy
Reino de DunBroch
Arquería

-"Me parece bien princesa de DunBroch" -se quejó el chico repitiendo sus palabras con una voz chillona mientras pateaba una rama-. ¿Qué tan difícil pudo haber sido decirle: "Disculpa pero no, no estoy para nada deacuerdo con eso. ¿Acaso no ves que te amo? Soy conciente lo que hice hace unos años y mis desiciones y palabras no fueron la adecuadas pero cambié. Soy un nuevo hombre, eh madurado y se lo que quiero en mi vida y eso eres tú"? -habló lo más rápido posible el castaño para terminar suspirando frente a un árbol pensando que se tratase de su princesa para después dar un grito frustrado.

Hace ya pocos días, el castaño y la chica, habían tenido aquella plática en dónde colocaban su reino primero que a su pasado, pero el castaño no lo aceptaba. A pesar de habérselo dicho, su corazón tenía un lío de emociones por no haber mencionado las palabras correctas.

No había tenido ningún encuentro con la primogénita del lugar desde entonces, la mayor parte del tiempo se encontraba ocupada comenzando a liderar al pueblo por su cuenta y con ayuda de su comprometido, el cual, había zarpado a su reino hace ya poco tiempo por asuntos reales. Así, teniendo a la futura reina ocupada y no tener tiempo para una plática con el vikingo. A pesar de que sus amigos lo invitasen al pueblo a visitar y conocer, prefería quedarse en el castillo por si su princesa necesitaba de su ayuda. Aunque fuera muy poco probable.

El día parecía estupendo, así que una caminata por el bosque, que se encontraba conectado entre el reino y el pueblo, no caería mal; para poder aclarar sus ideas. Pero en lo único que podía pensar era en la princesa y en lo idiota que se sentía por eso.

Ella estaba comprometida, y él también ¿qué se supone que debería hacer? Ambos eran primogénitos de dos clanes que podrían caer en caos sin ellos, no había algún futuro posible para ambos. Pero después de pensar eso y sentir un dolor en el pecho, recordaba las vagas palabras que alguna vez le dijo su pelirroja, diseñando un mundo donde ambos lograrán ser felices y juntos. Pero ahora se veía imposible.

Mientras más pensaba, más se adentraba al bosque. La obscuridad que donaban los árboles al cubrir el sol y ciertos rayos que atravesaban las hojas e impactaban con el fresco pasto, lo hacían recordar a Berk y a su rubia que aguardaba en él. Esperándolo.

-Tal vez, sería mejor dejar las cosas como están. -suspiro resignado el castaño recargado en un árbol.

De un momento a otro, el castaño se encontraba recostado en el suelo con su agitación alta, mientras, observaba el árbol en el que se encontraba hace unos instantes. Tenía, plantado en él, una flecha que había salido de la nada y por poco se encontrarían clavada en él.

-Disculpa -grito una voz desde el bosque mientras se escuchaban como las ramas de los árboles se rompía en su paso, camino a él-. No te vi realmente -entonces, se logró ver de quién se traba la persona- ¿Te encuentras bien Hiccup?

El castaño, por un segundo olvidó que hace unos momentos su destino pudo haber sido arrebatado por una flecha. Sin dudas se trataba de su princesa.

-Oh sí sí, no te preocupes -dijo levantándose mientras intentaba ocultar su tartamudeo mientras sacudía el polvo que se encontraba en su armadura.

-¿Estás seguro?

-Si, solo fue un pequeño susto, pero todo bien -soltó una pequeña risa nerviosa que causaba la mirada fija de la chica-. ¿Qué haces por aquí? No te había visto.

-Realmente, la que debería hacerte esa pregunta sería yo. Esté es mi reino, puedo estar donde quiera -dijo riendo mientras desenclavaba la flecha del árbol.

Mericcup: Love In AshesWhere stories live. Discover now