Epílogo

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—¡Rápido! —gritaba un joven albino entre los pasillos.

—¡Chicos no corran! ¡Las cosas de aquí son muy viejas y delicadas! —gritaba el profesor a aquel grupo de jóvenes.

La excursión escolar de la preparatoria había unido a chicos de los tres años. Entre ellos, habían hecho lazos de amistad y podían pasear por todo el museo y aprender; había salido una exposición de distintos países del otro lado del continente que accedieron a prestar distintas de sus artesanías para que el resto del mundo las conociera.

—Tranquilo Jack, las esculturas no se van a ir. —exclamó el castaño a su amigo que parecía un niño en un parque de juegos.

—¿Esculturas? Yo tengo hambre, quiero ir a la cafetería —exclamó observando un mapa del museo—. Cortaremos paso sí vamos por la exposición de arte europea.

Todos comenzaron a seguir a su amigo el albino que caminaba con ansias entre los pasillos. Al llegar a dicha exposición, encontraron a Francia en primer plano. La chica pelirroja del grupo, se acercó con curiosidad a una de las pinturas que se encontraban en aquel lugar; se trataba de un chico bastante apuesto, rubio y con un semblante melancólico.

—Thomas, heredero de las islas del Sur. Después de que su primo fuera declarado como traidor para el reino de Arrendelle, heredó su parte de la herencia. El día de su compromiso, su amada fue secuestrada por bandidos nórdicos; jamás volvió a comprometerse desde que la perdió. Abandonó su vida de príncipe para dedicar su vida la mayor parte en el mar. No existieron más registros de él desde entonces. —relataba para si misma.

Al momento de ver aquella pintura sintió algo de tristeza. Aquel chico, poseía unos hermosos ojos pero eran atormentados con una enorme tristeza en ellos. Un leve dolor comenzó a sentir en el alma, era como si lo hubiera conocido y tenía la necesidad de pedir alguna disculpa pero ¿por qué? Le traía un vago recuerdo a un chico que conoció hace dos años, poseía las mismas facciones. Estaba enamorada de él en aquel momento.

Los chicos seguían caminando por aquel lugar mientras quedaban fascinados con cada artefacto que encontraban; desde el fondo de todos, era como si se encontrarán ligados a aquel lugar, a aquella época. Había distintas pinturas de reinos que habían caído en batallas, en guerras sin fin. La rubia quedó fascinada al ver una pintura de una mujer castaña con su esposo de cabellera albina, hermosos hijos que los rodeaban entre risas; todos parecían felices. Podía sentir su corazón palpitar de amor.

El castaño, se encontraba atraído a unos artefactos en especial, estaban justo enfrente de la cultura escocesa; había una infinidad de inventos y las comisuras de sus dedos cosquilleaban, sentía cada pedazo de metal pasar por sus dedos. Seguramente porque su familia se encontraba ligada con descendientes vikingos.

—¡Por Thor! Ese chico se parece a ti. —exclamó una voz a lado suyo señalando una pintura.

Era algo extraña, parecía que fue pintada en un escudo vikingo de madera; pero se encontraba algo desgastado en su totalidad, hacía casi imposible ver la pintura original. Se trataba de un chico más jóven que él, con su padre; poseía una cabellera menos alborotada del mismo color que el suyo y aquel hombre junto a él juraba que tenía un parecido con su padre.

—¿En serio? —mencionó para cruzar los brazos y voltear a ver a aquella pelirroja a su costado— Yo soy más guapo en realidad. —comenzó a hacer distintas poses para mostrar sus trabajados músculos y que la chica riera.

—Que raro, no dice nada de esta pintura —susurró al acercarse al panel —. Clan de Berk; padre e hijo vikingos en su juventud. El primogénito del clan huyo el día de su compromiso para jamás volver a ser visto.

—¡Merida! —exclamó su amiga por detrás de ellos captando la atención de sus amigos— ¡Está chica se parece a ti!

Ambos chicos caminaron juntos con los demás para observar dicha pintura. En el, se plasmaba a una chica pelirroja con su cabellera recogida por una trenza, todo lo contrario a ella, poseía un semblante triste.

—No hay muchos datos de ella. Esta pintura fue como regalo de sus diecisiete años por parte de sus padres; al parecer se trataba de una princesa de los clanes de Escocia. El día de su compromiso desapareció a manos de bandidos y el reino se hundió en una guerra, los clanes desaparecieron en ella.

Es entonces que sintió una apuñalada en su corazón. ¿Los clanes habían sido desaparecidos? No era como si le importará en su totalidad la historia pero algo dentro de esto le traía algo de empatía. Tan solo pensar que aquel reino había sido destruido en su totalidad la hacía sentir culpa.

—El collar que posee es como el que ocupas. —dijo Hiccup señalandolo.

—No hay registros de él. Puede que se haya perdido en la guerra. —dedujó la rubia.

—¡Vamos, chicos! ¿Merida, una princesa? —exclamó Jack para intentar no reír— Tiene la fuerza y el carácter de un hombre leñador.

—¡Atrás! ¡O haré que te corten la cabeza! —grito con una voz aguda tomando una posee de autoridad señalando a su amigo.

—¡Oh no su majestad! No le haga nada; es solo un tonto campesino que no sabe lo que dice. —mencionó el castaño abrazándolo mientras fingían tristeza que fue convertida en carcajadas.

—¡Callar!

Los cuatro chicos no paraban de reír mientras bromeaban a cerca de lo que acababan de ver el día de hoy. Todos dirigiéndose a la cafetería del lugar antes de que aquel albino se pusiera de malas y comenzará a ser molesto, según Hiccup.

Es entonces que ambas almas se perdieron entre los pasillos de aquel museo junto a sus amigos. En dónde, ambos han estados destinados a ser amantes apesar de las adversidades que esto pueda contraer. Cada una de sus vidas anteriores habían sido corrompidas, sin la oportunidad de poder estar juntos un día más.

Y aquellos dos jóvenes enamorados, plantados en óleos, que los observaban en aquellos corredores del museo; se dieron cuenta que tan solo no se equivocaron de amor, sino de vida. Sonriendo una vez más que sus almas volvieron a encontrase y pueda que ahora por fin lograrían estar juntos.

Pero esa es otra historia.

Pero esa es otra historia

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Mericcup: Love In AshesWhere stories live. Discover now