No puedes llenar a alguien de demonios y no esperar que se convierta en uno.
***
Astra es la heredera de Allaranta, o lo sería si quedara algo de su familia o sus tierras. Luego de la masacre que destruyó su hogar, ella fue tomada como prisionera y...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
❛La única verdad es que su cuerpo se convirtió en cenizas en esa torre, que si ruegas en las horas oscuras la encontrarás, y que lleva cientos de años siendo protectora de aquellos que algunos llaman demonios❜.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Estaba decepcionada.
Primero por una razón bastante tonta, y en segundo lugar por decepcionarme por algo tan estúpido.
El rey Lysander había armado todo un plan junto con sus subordinados, él y su equipo especial tenían pensado un plan lo suficientemente detallado como para no haber resultado de una reunión casual. Es decir, que él estuvo escondiendo información de forma deliberada.
No podía culparlo, incluso podía decir que dudaría bastante de su inteligencia si me confiara sus planes.
Y aun así, estaba decepcionada.
Al final, la parte que me encomendaron del plan era muy simple, de hecho, solo teníamos que adentrarnos en la casa del comerciante sin ser vistos para obtener la información que necesitábamos.
El señor Vaseg Baseret era un importante e influyente mercader en el círculo de comercio, desde la hambruna y el clima asfixiante que presionaba la paz de Valtaria, se decía que había encontrado refugio en la fé, pero no en la de los Dioses Antiguos.
Las reuniones se organizaban en su casa, por lo que ahí se planeaba encontrar la fuente del material. Estaba claro que no confiaban lo suficiente en mí como para darme más detalles, lo que sea que esperaran encontrar, yo no lo sabía.
Por otro lado, la casa era bastante accesible por los tejados que la conectaban con el resto de los edificios, sin embargo, la entrada debía ser de día y dos encapuchados escalando los techos era algo para llamar la atención.
Nos encontramos a media tarde para salir en los caballos, como la rutina de vigilancia que solía hacer la Guardia Blanca, aunque nunca la élite selecta de los Delheit.
Tuvieron que resignar la ostentosa capa ébano de hilos dorados, la que los reconocía un escalón por encima de sus compañeros.
──Seremos presentados como soldados del cuerpo de vigilancia y así lograremos rodear el perímetro de la casa sin levantar sospechas ──repitió Anya en nuestra cabalgata a destino──. Ahí entrarán Astra y Eskandar, vestidos de civiles, yo ingresaré con Ela por los techos mientras Yak, Lectar y Ren vigilan que nadie entre, serán nuestra campana.
