37. La Sensatez de una Bestia.

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XXXVII.
La Sensatez de una Bestia.

❛El pasado siempre vuelve tan sensato y feroz como una bestia hambrienta❜

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El pasado siempre vuelve tan sensato y feroz como una bestia hambrienta❜.

❛El pasado siempre vuelve tan sensato y feroz como una bestia hambrienta❜

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ASTRA

Ignoré a Raelar todo el resto del camino, prácticamente corriendo al interior del palacio y lista para alcanzar los escalones que me llevarían al ala este.

La siraytza me encontró en el gran vestíbulo, el raso lavanda de su vestido rozando las alfombras negras sobre escaleras de mármol, todo pulido en blanco como el interior de una perla.

Su apariencia brillando con la misma elegante soberbia de la decoración.

Feryal me observó desde la parte superior de las escaleras, quizás, en una muestra gráfica de quién tenía el poder.

Llevaba un vestido violeta de terciopelo perlado y el blanco de su tez se acoplaba de manera fantasmal al pálido rubio de su cabello, con las manos en el centro como si estuviera lista para ser retratada.

Como una reina cruel o benevolente, eso estaríamos pronto a averiguarlo.

──Astra, no hemos tenido tiempo de encontrarnos a solas ──me recibió con una sonrisa vacía──. ¿A dónde vas con tanta prisa?

──No creo correcto importunarla con mis problemas, moi siraytza.

──Insisto, eras mi doncella y ahora eres parte de la familia real ──me indicó que la siguiera con un leve ademán de su mentón──. Ven conmigo, quiero enseñarte las hermosas flores que han crecido en el jardín.

Los guardias a cada lado de la escalera parecían medir mi posición, estaba claro que declinar a la reina no era una posibilidad.

La seguí escaleras arriba, hasta que alcancé la parte superior y ella cruzó los arcos que sostenían el balcón superior para salir a un enorme invernadero.

Arriba de nosotros sobrevolaba una cúpula y delante el verde era solo salpicado por los vibrantes colores rosas, amarillos y fucsias de las flores.

Seguí a Feryal todo el tramo, quien guio el recorrido con tanta familiaridad como para dejar en claro las horas que dedicaba al lugar.

Sonata Siniestra©Where stories live. Discover now