Park Jimin es la última persona de la cual Yoongi se enamoraría, pues es una persona muy opuesta a él en todos los sentidos.
Jimin cuenta con una lista de deseos que piensa llevar acabo en su vida. Una lista tan preciada, pues él es una Bomba de ti...
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Yoongi había terminado de limpiar algunos salones, el conserje al que ayudaba era realmente buena persona. Le decía que si tenía algo más que hacer que se fuera y que el terminaría el resto.
Lo tomaba pues realmente con su pierna fracturada no podía hacer mucho.
Una semana tenía asistiendo a las clases de regulación donde se prestaba para ayudar al mismo chico que le habían asignado.
Una semana donde había dejado de ver Park, no estaba en clases, en los pasillos o en las clases donde le ayudaba a prepararse para los exámenes.
Nadie le daba respuesta, es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Le extrañaba porque no solía faltar en lo absoluto. Si era invisible para él, pero en cada clase participaba. Ahora su asiento estaba solo.
Entro al salón y vio a su alrededor centrado su mirada en el chico al que apoyaba, aquel que siempre se encontraba con sus audífonos puesto.
Pero algo más llamo su atención. Un delgado cuerpo centrado en la pizarra.
Era él.
Finalmente había llegado.
Ambos hicieron contacto visual y el menor le sonrio un poco.
-Hola Yoongi, toma asiento estaré ahí en un momento.
Realmente venía con la idea de no hacer nada entonces al escuchar eso todos sus ánimos se vinieron abajo, en especial sus planes con sus amigos.
Se sentó en la mesa sacado su celular y de nuevo volvió a centrar su mirada en el muchacho observado su vestimenta.
Poseía un suéter azul celeste y unos pantalones relavados junto unos Converse blancos. Realmente casual y cómodo.
Vio como se giró centrándose en cerrar el marcador y rápidamente se acercó a él dedicándole otra sonrisa.
-¿Estas listo?-se sento sobre de sus piernas.
-¿Donde estuviste?
-Oh lo lamento, tuve que salir de la ciudad por problemas personales. Pero estoy de regreso y no volveré a irme. -Peino un poco su cabello negro quitando un mechón rebelde y abrió el cuaderno para comenzar.
Pero ese movimiento que hizo logró que el suéter se corriera hacia el antebrazo mostrando un morete.
-¿Te fuiste de la ciudad?
-Si, pero se siente bien estar de vuelta...
-Aja...
-Oye ¿te parece empezar con Anatomía?
-¿De verdad tenemos que hacer esto? ¿No podemos pasarnos este día?
-No, si lo hago papá me mata...
Min alzó su ceja y centró su mirada en la mano del menor una vez más comenzado a crearse ideas en su cabeza.
