𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕 𝑯𝒐𝒑𝒆-𝒀𝑴

57.💫

Regresar a Corea se sentía bien, Iba a extrañar todo lo que pudo vivir allá por un momento sin duda la ciudad de Boston era preciosa, pero ver a sus amigos una vez mas era otra cosa completamente increíble, correr a los brazos de TaeHyung una vez más le hacía querer llorar hasta que nada saliera de sus ojitos. Sentía tanta emoción Que no podía parar de sentir toda aquella energía, le encantaba estar de vuelta y ya no se iría por más tiempo.

Era el momento para disfrutar un nuevo comienzo, y que mejor que ir con su mejor amigo a divertirse, lo prometieron cuando tenían solo 15 años de edad en una mesa del comedor escolar.

Prometieron que si alguna vez JiMin llegaba a ponerse bien irían a tener un día a lo "TaeHyung", alocado y bajo las condiciones de éste;  y eso mismo harían ese mismo día.

Tenían tanto que platicar y cuando eso sucedía ninguno planeaba cerrar la boca hasta que ambos se quedaran viendo al otro indignados. Ambos habían vivido cosas bastante alocadas esos últimos días, cosas que ambos querían compartir así que al llegar a uno de los restaurantes favoritos de Kim no tardaron en ordenar comidas bastante particulares y mirarse esperando a que alguno de los dos empezara con sus aventuras.

-No puedo creer que esto vaya a suceder, aunque tengo que admitir que estando en Boston comí demasiada comida que en mi vida había probado, los Hot dog's son riquísimos, mucho mas los que venden los carritos de las calles principales.

- ¿Te atreves a testificar sin traer evidencia? - Entrecerró sus ojos

-Oye... No dejaban subir comida al avión, ¡no iba a quedarme allá por comida! - Le dio un pequeño puntazo en su hombro. -Pero pronto podemos viajar...

-Anótalo a nuestra lista de cosas por hacer...- Se acerco abrazando el pequeño cuerpo de JiMin. – Y dime ¿te sientes feliz?

-No sabes que tan liberado me siento ahora... No es nada parecido, no me sofoco al caminar, tampoco se me pintan las uñas y los labios de azul, he dejado de usar anticoagulantes así que los moretones se han ido y solo tomo uno que otro medicamento, y tampoco le tengo miedo ya a las actividades que antes no podía realizar. Es algo completamente diferente, me siento diferente.

TaeHyung seguía abrazando su cuerpo sintiendo su calor, se sentía tan tranquilo ahora y extraño tanto su pequeña y feliz personita.

JiMin sonrió abrazándole también fuertemente y sintiendo como sus dientes mordían su mejilla con delicadeza una manía que Tae tenía con él.

-Extrañe a mi pitufo y estoy feliz por ti. Cada logro tuyo es como el mío, porque somos como almas gemelas, mi alma gemela.

Como si fueran uno mismo, siempre solían pensar en cosas tan parecidas, les gustaba lo mismo, se soportaban al otro a pesar de los defectos que les hacia tan diferentes el uno de otro, pero JiMin era la calma misma y Tae la tormenta. Después de la tormenta siempre venia la calma y eso a veces podía ser un conflicto que solían arreglar de inmediato. Así que si, su amistad era única y perfectamente imperfecta.