Park Jimin es la última persona de la cual Yoongi se enamoraría, pues es una persona muy opuesta a él en todos los sentidos.
Jimin cuenta con una lista de deseos que piensa llevar acabo en su vida. Una lista tan preciada, pues él es una Bomba de ti...
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Las lágrimas caían en las páginas de sus libros, lagrimas más escasas qué antes.
Su cabeza dolía de la deshidratacion que se había producido toda la noche anterior. Sus ojitos se encontraban hinchados y muy rojos. Esa mañana permitió que su padre lo llevara a la escuela; sin embargo no planeaba salir de su oficina.
Vio como su padre le extendio un pañuelo y este lo tomo bajando más su mirada.
-Todo se arreglara. Ella te ama.-Los ojos cafeces le miraron y nego.
-No...
-Lo hace, solo dale tiempo.
-Sabía que sucedería, lo veía venir y me sentía preparado, pero no creí que fuera a doler tanto.
El señor tomó sus brazos y le dio una caricia.
-Es momento de que te relajes. -Observo su puchero.-Es parte de esto. Debes ser fuerte, has pasado tantas barreras.
-De verdad me odia ¿cierto?
-No-Sonrio-No te odia, tan solo no ha estado pasando un buen momento. No es fácil para ella, muchísimo menos para mi. Pero trato de ser fuerte por ti. Ella siempre se ha dejado llevar más por sus sentimientos, tal como tú. Solo esperala.
Jimin limpio sus ojos con sus manos y asintio sorbiendo por su nariz.
-¿Puedo regresar a casa caminando? Necesito distraerme.
-¿Por que no le dices a Yoongi que te acompañe?
-No quiero ir con él-Sonrio un poco.-Quiero estar solo. ¿Puedo hacerlo?
-¿Prometes estar bien?
-Lo prometo-Sonrio
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Todo ese día había evitado a todos sus amigos, realmente no tenía ganas de estar con nadie, por primera vez extrañaba su soledad, soledad donde prefería pensar las cosas y centrarse en lo que estaba haciendo, si era bueno o malo.
La mayoría lo sentía muy positivo y otras cosas un tanto inmaduras de su parte. Siempre había llorado en su soledad. Ahora simplemente su carácter se había vuelto más vulnerable que antes y cada que veía a alguien y estaba pasando por un mal día solo corría a los brazos de alguien para reconfortante, y no estaba mal. Le ayudaba mucho. Sin embargo se estaba volviendo dependiente de las personas y eso talvez le afectaría más.
