Park Jimin es la última persona de la cual Yoongi se enamoraría, pues es una persona muy opuesta a él en todos los sentidos.
Jimin cuenta con una lista de deseos que piensa llevar acabo en su vida. Una lista tan preciada, pues él es una Bomba de ti...
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Un nuevo día había comenzado y un esbelto cuerpo entraba por las puertas principales de aquella escuela sintiéndose extraño de estar nuevamente ahí. Todos le miraban, como siempre, algunos le saludaban y otros le mencionaban qué era bueno tenerlo de vuelta, Pues había estado fuera mucho tiempo.
Jimin colocó su rostro en todos los compañeros a su alrededor, todos felices, algunos cansados y otros bromeando.
Para muchos era su última vez pisando esos pasillos y buscaban firmas o fotos con todos sus amigos. Todo como un hermoso recuerdo.
Sonrio un poco al ver la emoción, muchos serían libres finalmente de tanta escuela. Incluso él se sentía cansado por todos esos días.
Fue a su casillero y abrió este sacando un par de guías de estudio y unos libros. Su mirada se centro en las imágenes que decoraban su locker. La mayoría eran junto a Taehyung de sus distintas aventuras juntos.
-¿No crees que ya son recuerdos muy viejos?-Reconocio la voz de inmediato y se giró mientras negaba.
-Son buenos recuerdos.-Sonrio un poco.
Tae tomo su brazo y comenzaron a caminar a clases.
-Te toco regresar en las semanas más iconicas, ya hubo peleas, reconciliaciones, la mayoría de los pasillos son todo una escena de María Magdalena, y vaya que se siente el sentimiento. Dan ganas de llorar también.
-Puedo entenderlo-Jimin sonrio un poco.
Ambos se detuvieron por todo una multitud de gente a unos cuantos metros.
-¡Oh! Esto es lo mejor de todo en los pasillos.
"¿HyeMi, quieres ir al baile conmigo?"
El chico con unas flores y un gran caretelon donde preguntaba lo mismo.
-Lo mejor de todo es la respuesta-Susurro Taehyung con una gran sonrisa.
"No, lo siento TaeBoom"
-¿Como te puede gustar escuchar qué el chico sea avergonzado de esa manera?-Susurro regañandole.
-No me agrada, me parece algo caótico. ¡Mira por allá!
Los ojos del mayor se abrieron curiosos al ver a dos chicos siendo los protagonistas.
Este era un poco más especial, mostraban sus colores orgullosos, el chico vestía muy formal y el que daría la respuesta se encontraba muy sorprendido y parecia temblar demasiado.
Jimin sonrio en grande al recibir la mirada de aquel tímido chico.
Y era cierto, todos ellos se sentían más seguros desde que Jimin fue quien se atrevió a mostrar su sexualidad de manera abierta. No recibían ningún tipo de acoso, pues realmente estaban bien protegidos por el padre de Jimin.
