capítulo 1

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Corría desesperado, chocando con las esquinas cada vez que debía doblar en una, el sonido de las balas siendo disparadas de fondo era todo lo que se oía, junto a los inevitables gritos llenos de furia. Esta era solo la vida diaria de un jefe de mafia... pero esto no se supone que pasara, que raptaran a su esposa era algo que tendría que haber evitado con toda su vida, y no lo logró. Aún cabía la posibilidad de que esté viva, por lo que cuando dobló la última esquina de la mansión Yang, por fin halló la habitación en la que su preciosa mujer estaba.

— ¡Xian! — grita ella cuando apenas lo ve.

Pero el hombre que está tras ella, tomándola desde el cabello, dispara su revólver, haciéndole una herida en el abdomen

— ¡No, Sarah! — con rapidez corre hasta el sujeto y de un rápido corte lo asesina, como si fuese un trapo lo empuja, haciendo que su cuerpo caiga lejos del de su mujer.

La toma en sus brazos y se arrodilla junto a ella en su regazo, pasa una mano por debajo de su cabeza y con la otra hace presión en la herida.

— Sarah... mi amor, tranquila, estarás bien. — inevitablemente las lágrimas resbalan por sus mejillas.

— No me importa... eso, Xian, prométeme que lo cuidarás bien. — dice, incluso en sus últimos momentos, mantiene una mirada llena de poder.

— No, no, tú estarás a mi lado para cuidarlo conmigo. — insiste.

— Sabes... que no puedo. — tose y sonríe, mirándolo con amor — Pero tú sí... por favor, que a Minho no le falte nada, siempre recuérdale cuanto lo amé, y te lo ruego, que sobre todo, crezca como una gran persona.

— Sarah...

— Prométemelo Xian. —

El mencionado cierra los ojos resignado y los abre de vuelta, para obligarse a sonreír mientras con la mirada se despide de la única mujer que amó en toda su vida.

— Te lo prometo, cariño. — ella cierra los ojos y suspira, incluso sabiendo que debe irse, está tranquila.

— Te amo, Xian, gracias por todo. Mi vida... contigo... fue maravillosa.

— Te amo más, vida mía. — dice, pero duda que eso último haya llegado a sus oídos.

En la gran mansión Lee, los invitados llegaban de a montones, todos vestidos de negro y con rostros llenos de tristeza. Sarah era, más allá de ser la esposa del Jefe de la una de las mafias de Corea del Sur, una increíble mujer, llena de carácter, valentía, fortaleza y un gigante corazón. Incluso cuando ella no formaba parte de los negocios de su marido, él siempre estuvo abierto a recibir sus consejos, pues confiaba plenamente en los instintos de su mujer. Ella era muy consciente del mundo oscuro en el que se había metido, muchas veces no estando de acuerdo con las cosas que le tocaba ver, pero es lo que aceptó vivir desde el momento en que se enamoró perdidamente de Xian Lee.

La nieve caía levemente hace ya varias horas, por lo que lentamente las calles y los techos comenzaban a tornarse blancos. Irónicamente, este era el tipo de clima que Sarah más disfrutaba.

— Lo siento mucho, Xian. — Kim Yeon pone su mano sobre el hombro contrario y lo mira con tristeza — Sarah era una gran mujer.

— Gracias amigo mío, sí, lo era.

— ¿Cómo está él? — pregunta. Xian suspira y mira hacia el patio.

— No ha dicho una sola palabra.

DISA$TER || MinSungWhere stories live. Discover now