capítulo 11

23.7K 2.7K 7.2K
                                    

⚠️

La mansión Lee era una obra maravillosa por donde sea que la mires.

Rodeada de detalles de distintas culturas, adentro gozando de un espacio impecable, con pinturas renacentistas y muebles clásicos. Ventanales altos con cortinas elegantes, suelos de madera y cerámica, dependiendo la habitación.

El lugar tuvo su época dorada, y ésta ocurrió mientras Sarah estuvo con vida. Nadie cuidaba el lugar como lo hacía ella, nadie prestaba atención al arte en las pinturas, nadie más dedicaba horas a mantener el jardín tan hermoso como lo hacía ella. Por lo que, al fallecer, poco a poco la mansión fue perdiendo su brillo.

Xian veía a su esposa en cada pintura, por lo que evitaba hacer contacto visual con ellas. Los empleados entendieron que era mejor quitarlas, así que las ocultaron entre blancas sábanas. Lentamente, el jardín fue siendo cada vez más simple, al no haber nadie que se dedicara a las flores como lo hacía ella, no era más que puro pasto verde ahora. Las habitaciones ya no tenían todas sus ventanas abiertas, solo usaban las que Minho y Xian frecuentaban, por lo que incluso se volvió más oscura.

Hasta que llegó Jisung.

—Así está perfecto —señala el más chico, mientras un empleado cuelga otra pintura en la pared.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta Minho cuando aparece por la puerta.

—Tener estos cuadros en las bodegas, solo juntando polvo, es un desperdicio. Son muy hermosos para que estén allí. Deben ser exhibidos como el arte que son —contesta, mirando con fascinación el marco.

—¿Cambiaste las cortinas?

—Ah, sí, creo que las anteriores eran muy oscuras.

—Sí que te has mantenido ocupado —le dice con una sonrisa.

—Ya no trabajo, voy al día con mis estudios, ¿qué más puedo hacer? No quiero quedarme tirado en la cama todo el día.

—Eres libre de hacer lo que quieras con la mansión, ni mi padre ni yo nos jactamos mucho de sus detalles.

—Son tan insípidos, con lo bello que es este lugar —responde, haciendo un puchero.

Minho solo niega con la cabeza y saca un cigarrillo de su bolsillo, encendiéndolo. Alza una ceja curioso cuando ve como Jisung tose un poco y se aleja.

—¿Te molesta el humo? —pregunta.

—Soy alérgico, de hecho.

—¿Y por qué jamás me lo dijiste? —enseguida se lo quita de la boca y lo tira, apagandolo con su pie.

—Porque tampoco es una alergia asesina, solo me molesta un poco.

—No es un vicio, lo hago solo por hacer —responde, acercándose a él.— No volveré a fumar, al menos no contigo cerca.

—El olor queda impregnando en la ropa.

—¿Intentas hacer que lo deje del todo?

Jisung sonríe.

—Quizá.

Minho le acompaña la sonrisa y lleva su mano hasta la mejilla contraria, haciendo una pequeña caricia antes de besarlo. Los empleados que lo ayudaban a poner los cuadros se habían ido hace un par de minutos, por lo que ahora gozaban de un poco de tiempo a solas.

—Esta noche —interrumpe el beso Minho— tenemos visitas.

—¿Quién?

—Mi abuela.

DISA$TER || MinSungWhere stories live. Discover now