capítulo 3

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El sonido de la urbanización funcionando temprano en la mañana es lo que lo despertó. Enseguida sonrió al recordar la noche anterior, en la que pudo salir a cenar afuera con Félix y sin limitarse. No había ocurrido aquello ni una sola vez desde que comenzaron a vivir juntos, ambos trabajaban sin parar para poder sobrevivir y pagar sus estudios, por lo que darse esos lujos era algo que no podían permitirse. Pero al menos anoche pudo disfrutar de ver la radiante sonrisa de Félix mientras ordenaba lo que quería.

Se levantó, organizó su ropa y luego de darse una ducha rápida y cambiarse, camino hasta su mesita de noche. Tomó el dinero, separando lo que dejaría para la universidad, y apartó lo que usaría para comprar el traje esta tarde.

— Buen día.

— Shh. — Félix estaba en una videollamada con su laptop, la que se trajo de casa, y seguramente con el Wi-Fi robado del vecino de arriba. Él hacía distintos cursos online.

Jisung se encoge de hombros y camina hasta la cocina, bebe una rápida taza de café y se despide con la mano de Félix, recibiendo un asentimiento por parte del más chico.

Caminó muchas cuadras hasta llegar al centro de la ciudad, donde la casa de los Myei yacía. Allí cuidaba cinco horas a los hijos del matrimonio, luego volvía a casa para el mediodía y más tarde trabajaba en el café, para su suerte, hoy no tenía turno en el club. Aunque aún si lo tuviera, ya tenía el previo compromiso con Minho.

Los Myei se despidieron de Jisung con un saludo y partieron al trabajo, así que el pelinegro quedó a cargo de los más pequeños. Primero los despertó, pues aún era temprano cuando llegó, les sirvió el desayuno, los cambió, los puso a ver caricaturas y más tarde comenzó a hacer la cena para el mediodía.

— ¡Hey, deja de molestar a tu hermana! — le dice a uno de los niños — Busquen sus mochilas, coman y después los llevo a la escuela. — avisa.

Los pequeños obedecen, entre pequeños golpes, y buscan sus útiles escolares. Cuando por fin se sientan a comer en paz, el mayor apoya su espalda en la mesada y suspira.

— Nunca tengas hijos, Jisung. — dice para sí mismo.

Una vez terminaron de comer, tomó las llaves de la casa y llevó a los niños a la escuela, luego pasó por el trabajo de sus padres para dejarles la llave y éstos le agradecieron pagándole. Se despidió con una reverencia, ahora yéndose a su departamento.

— ¿Qué tal las bendiciones? — pregunta Félix.

— Son probablemente el método anti conceptivo más efectivo que puede haber. ¿Cocinaste algo? — el menor se ríe y asiente, indicándole la comida fría sobre la mesa.

Jisung la toma para colocarla en el microondas y mientras revisa su celular, su atención se dirigió al número desconocido que le había mandado un mensaje hace media hora. De plano sabe que es Minho.

xxx-xxx-xxx
¿Ya compraste lo que necesitabas?

Jisung
no, aún debo ir a trabajar, luego
de eso lo haré

Bloquea la pantalla de su celular y toma la comida, se sienta en el sofá al lado de Félix, mirando la televisión junto a él. Por un momento se queda viendo fijamente la pantalla, pero su cabeza está en otro lado. Hoy era de esos días en los que los profesores, conociendo su condición, le permitían faltar para que cumpla sus horarios laborales. Pero él no quería eso, él quería poder priorizar sus estudios como cualquier otro joven de su edad, quería dejar esta vida. Pero también se negaba a volver con su familia.

— Otra vez miras la pantalla como si las respuestas a tu vida estuvieran ahí. — dice Félix pasando su palma frente a la mirada perdida del mayor.

DISA$TER || MinSungNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ