V

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[Si ven cualquier fallo en la traducción no duden en comentarlo! :)]

L.

Las calles no eran más que lugares vacíos en donde la abundante y fuerte nevada caía con gran rapidez.

Caminé con el abrigo estrechamente ajustado a mi cuerpo y tiritando del frío, simplemente contando los segundos para llegar a casa y meterme en mi cálida y reconfortante cama. Había sido un día muy largo, y el dolor de cabeza había vuelto. Estaba por acelerar el vi paso para llegar antes, cuando oí que alguien me llamaba.

"¡Louis! ¡Eh, Louis, espera!"

¿Quién demonios dijo eso?.

Me di la vuelta para descubrir el misterio y me encontré a James, tan atractivo como siempre, ante mí.

Era muy alto, aproximadamente unos 183 centímetros de altura. Implacable melena de color rubio opaco, y ojos de color azul marino. También tenía un buen tipo, pulido pero no demasiado musculoso, cerca de veinticuatro años de edad.

"Ah, hola James. ¿Qué haces aquí?"

"Hago este camino para coger el tren de vuelta a casa. ¿Y tú?"

"Mi casa está a tan sólo unas manzanas de aquí, normalmente hago este camino."

"Oh, genial. Deberíamos venir juntos desde ahora."

Dijo mientras me ofrecía una sonrisa encantadora. James siempre parecía un poco torpe cerca de mí, era adorable.

"Sí, me encantaría."

Dije mientras empezamos a caminar hasta mi casa. Estábamos lo suficientemente cerca como para que nuestros hombros se topasen de vez en cuando. Debido a su atenta mirada en Harry y en mí, anteriormente, estaba esperando a que me preguntase algo acerca de la conversación que mantuve con el chico, pero afortunadamente no lo hizo.

"Así que acabas de empezar a trabajar en Wickendale y parece que ya le agradas a la señora Hellman." Dijo James. "Nunca pensé que a ella podría agradarle alguien."

"Eh, no te sorprendas tanto. Lo que pasa es que soy una persona muy agradable."

James se rió, y fue una de las mejores risas que he oído nunca.

"¿Qué te hace pensar que le agrado?"

Pregunté ahora un poco más interesado.

"No lo sé." Dijo, su aliento formó una estela de humillo blanco en el frío viento. "Quizá no le gustas, quizá sólo te odia un poco menos que al resto de nosotros."

"¿Debería tomármelo como un cumplido?"

"Sí, se supone que es un cumplido."

Se rió.

La conversación era todo sonrisas y risitas, y eso me convenció de que, definitivamente, James me caía bien. Era entrañable y encantador.

El transparente aire frío y los gélidos copos de nieve caían sobre mi piel, haciéndome temblar bajo el cielo oscuro.

"¿Tienes frío?"

Preguntó con el ceño fruncido.

"No, estoy bien."

Mentí con una sonrisa.

"Toma, toma, aquí tienes mi chaqueta."

Me ofreció, ya quitándose la prenda.

"¡Pero entonces te congelarás!"

"No te preocupes, puedo soportarlo."

Ya estaba cubriéndome los hombros con la cálida chaqueta. Cedí por un tiempo, dejándome abrigar por su perfumada prenda. Pero él también estaba temblando, y me sentía mal por ello.

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