XXXXV

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[Si ven cualquier fallo de traducción no duden en comentarlo! :)]

L.

Yo solo veía negro, no habían luces, estaba todo oscuro.

En el aire había silencio que me tragaba como una manta gruesa en una noche calorosa de verano.

Quería arrancar todo esto y respirar un poco de aire fresco para salir de este lugar mal ventilado y buscar a Harry.

Pero no podía, porque no sabía dónde estaba él. Era mejor que lo esperase aquí y confiar, en vez de ser pillado y arruinar todo.

Así que, me quedé de pie esperando.

Parecía que habían pasado horas desde que yo cogí el arma de la cadera del guardia inconsciente y que corrí hasta este maldito sitio.

Desde aquel momento yo me quedé detrás de las fregonas, escobas y bolsas de basura, mientras esperaba en la oscuridad sofocado.

Yo no estaba seguro si Harry estaba bien, pero había oído los guardias hablando y a llevárselo. En este momento, yo no sabía donde él podía estar.

Yo no estaba seguro si él iba a volver. Yo no estaba seguro de como me sentía a cerca de él haber matado otro hombre, no importa quien, haces unos minutos atrás.

Pero yo estaba seguro en que confiaba en él. Si él me prometió que nos íbamos a escapar, yo tenia esperanza de eso. Porque yo nunca conocí a alguien con tanta pasión, inteligencia y determinación como él.

Yo continuaba preocupado y esto arañaba mi optimismo.

Cada pequeño sonido me hacia saltar, juntamente con los nervios que yo ya tenía.

Mis manos estaban húmedas y sentí nauseas. No importa cuanta esperanza tenía, yo estaba una mierda. Si alguien viene a esta sala a cualquier momento, yo vuelvo a mi celda y soy castigado por la Sra. Hellman.

Y nosotros seriamos presos aquí. Lori y Zayn perderían su trabajo. Seria una auténtica catástrofe.

Imágenes de Harry bajo un látigo, gritando bajo corrientes eléctricas aparecían en mi mente. ¿Él está buen? ¿Con quién estará? ¿Qué le estarán haciendo? ¿Y si no vuelve?.

Yo quería que él entrase por aquella puerta para podemos salir de aquí y mi mente se podía aliviar.

Yo esperé y esperé lo que me pareció una eternidad, pero nada cambió. La despensa todavía estaba llena de ansiedad y de mi respiración irregular.

Pero, finalmente, después de probablemente horas, yo oí el tirador de la puerta. Prendí la respiración y recé a Dios para que fuese Harry.

La puerta se abrió. A penas por un breve momento, lo suficiente para entrar.

Yo estaba a punto de decir su nombre y de suspirar de alivio. Él estaba aquí. Él estaba bien.

Pero me paré apenas un segundo antes.

Porque la persona, vista por las luces rojas en un segundos, no era Harry.

Mi estómago se revolvió.

Todo lo que yo podía ver era una persona mayor y más corpulenta. Y no había ninguna señal de los rizos encima de su cabeza.

Contuve la respiración y me encogí contra la pared, sujetando el arma en mi pecho. El hombre sin nombre entró y cerró la puerta detrás suyo.

Oh, no, oh, mierda.

Mi corazón latía tan violentamente en aquel sitio silencioso, que yo estaba seguro de que él lo podía oír.

P S Y C H O T I C Where stories live. Discover now