Un Slytherin En Apuros.

CAPÍTULO 12

Unos distantes ruidos se oían a lo lejos, alborotando el sosegado lugar, se escuchaban pasos arrastras y leves gimoteos alterados, un olor a penetrante medicina, con yerbas de herboristería , invadía el silencioso sitio,

Un ambiente de hospital se sentía en el  pequeño nosocomio del colegio, en el fondo mismo del recinto junto a un gran ventanal con vista al patio, un rubio de Slytherin yacía en una de las camas de la enfermería de Hogwarts, con la cabeza hechada a un lado, los ojos cerrados apaciguadamente, un brazo descansando sobre el pecho mostraba una respiración monótona y suave, y la otra mano a un lado con un tubo fino que lo conectaban a un suero con un goteo cancinamente lento,él tenía una bata de enfermería y unas sábanas tapandolo hasta el antebrazo

— Cómo es posible que esos chicos metan la cabeza en una planta carnívora!!! — Se quejó una señora que llevaba un uniforme inmaculadamente blanco,
— En mis tiempos los chicos eran más inteligente, por Dios santo!!! — dijo de nuevo la  señora Pomfrey y bajó con fuerza unos trastos que los lleno de agua.

Ése ruido hizo abrir unos bellos y claros ojos grises, con parpadeos intermitente, los ojos de Draco iba incorporándose de apoco, todo era muy blanco y resplandeciente, tenía la vista borrosa y débil, dio un par de parpadeos más y distinguió el lugar en la que estaba , la enfermería del colegio,

Draco estaba cubierto a su alrededor por pantallas de privacidad, para mantenerlo a distancia de todo su entorno,
Observó pasar de aquí para allá una sombra que distinguía detrás del panel  con paso nervioso,
— Tienen suerte que esa planta no tenía hambre, porque se hubieran quedado sin cabeza, — seguía refunfuñando la alterada enfermera.

El rubio se sentía débil y un poco adolorido en la cabeza, se llevó una mano a la frente , pero algo detuvo a su mano en el aire, miró y un tubo con una aguja intravenosa que se le encajó más hondo en piel de su antebrazo derecho,

Lanzó un gemido ahogado.
Se apretó los dientes, y advirtió que estaba conectado a un suero con lento goteo, Frunció el ceño extrañado y luego de unos segundos abrió los ojos rápidamente y se miró el antebrazo izquierdo, extrañamente su antebrazo izquierdo estaba vendada diligentemente, escondiendo su profundo secreto.

De repente un bullicioso  griterío amortiguado por el vidrio de la ventana lo distrajo y giró de prisa la cabeza estremeciendo  su rubio platinado que caía a mechones sobre la almohada , observó un cielo añil con pinceladas de tonos carmesíes  demostraba que la tarde se hacía presente, y un campo de quiddicht repleto de jugadores volando sobre sus escobas y Lanzandose gritos y uno que otro improperios,

Luego giró la cabeza y se fijó al techo del pequeño nosocomio, sus ojos grises que se veía más claros que nunca por unos tenues rastros de sol que se colaban atravez del cristal , él se perdió unos segundos en un pequeño agujero que se divisaba que se resquebrajaba de a poco, 

Pensó en cómo fue a parar en la enfermería, rememoró entrecerrando los ojos, estaba teniendo una acalorada discusión con la castaña en la biblioteca, él no podía creer que había rechazado semejante propuesta, Draco siempre cuando estaba en algún apuro, ofrecia dinero, todo el dinero que quisieran, para él eso no era un problema, su familia tenía una fortuna, pero ahora el dinero no lo podía sacar de semejante apuro, la castaña lo rechazó sin vacilación y se veía muy ofendida,

El rubio apretó los labios, después de que la muchacha le habló de esa manera tan frontal,  lo hizo pensar por una milésima de segundo en desistir de su plan , pero en ése instante algo se le cruzó tan rápido, como un espasmo  debilitandolo por completo, todo su cuerpo se quedó inmóvil y rígido,  no le dio tiempo de nada más, con la última fuerza que le quedaba tomó a la muchacha del brazo y lo último que pudo captar con su retina fue a la castaña golpeando en las mejillas y con mirada preocupada , pero después cerró los ojos y con lo pies extremadamente débiles que no pudo sostenerse en pie, recordó hundir la cara en el cuello de la muchacha y caer sobre ella.