CAPÍTULO 36

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Una noche fría se hizo presente con un cielo tachonado con estrellas desparramadas como diamantes brillante, el   viento silbaba entre los picos de las montañas y los árboles del bosque prohibido , y en el interior del colegio el rubio y la castaña seguían su conversación, acerca de los posibles sospechosos que llevaba acabo el plan del Slytherin , aunque Draco insistía ferviente que el más sospechoso de todos era Snape, que según él era el único que se podría equiparar a su ingenio.

Después de unos minutos de largos análisis y sondeos de los candidatos, Draco pensó que lo mejor sería trasladar la conversación a otro sitio y sacar a Hermione de la sala de los menesteres, pues ella mientras conversaban  lanzaba un que otro hechizo tratando de desactivar el hechizo protector del armario, cada vez que lanzaba un hechizo, lo hacía con tal fuerza, que él temía que en cualquier momento los miles de objetos escondidos se precipitarian sobre ellos,

Draco sugirió la biblioteca, y Hermione aceptó, pues todavía le quedaban cosas que hablar, tenían que encontrar una salida a la problemática situación del chico , ya que el tiempo apremiaba para encontrar a quién sería la persona anónima que llavaba acabó los planes de Draco.

Hermione desvío la vista del armario, y no sabía por dónde dirigirse para encontrar la salida, Draco entro en cuenta que ella se había despistado, pues el lugar era tan extenso y tenía muchos callejones que cualquiera que estuviera por primera vez allí, se perdería,

— Ven — dijo Draco y la tomó de la mano guiandola entre un callejón a su derecha, Hermione se dejó llevar con ligereza, entre tantas preocupaciones en la cabeza de la castaña, ella no pudo dejar de notar el suave cosquilleo en el estómago cuando él la tomaba de la mano, eso se sentía bien, y se sentiría aun mejor, cuando termine todo esta preocupación que los aquejaba.

Llegaron frente a la puerta y salieron al pasillo y al cerrarla , al instante la puerta
volvió a convertirse en una pared liza, sin ningún rastro de que en ése muro estuviese  un portal a una pequeña miniciudad de objetos perdidos en el tiempo.

Draco, al instante de poner los pies en el corredor paseó sus grises ojos por el pasillo, tal y como lo haría un centinela, él era muy cauteloso y luego se volvió hacia Hermione.

— Vamos — le dijo casi en un susurro y la castaña lo persiguió, tratando de equiparar los ligeros y cautelosos pasos del rubio, pero cuando doblaron un codo del pasillo, Hermione tropezó con algo casi cayendo, pero se sostuvo con fuerza de la chaqueta del rubio, así rompiendo cualquier clase de cautela en la que andaban, Draco se volvió rápidamente hacia ella con ojos fijos.

— Lo siento — dijo ella en voz baja y mirada de culpa,

Draco lanzó un pequeño resoplido, y de pronto levantó la vista, y vio algo flotando por detrás de una armadura medieval que adornaban el pasillo, el Slytherin blandio su varita en dirección de la armadura.

— Sal de ahí — dijo el rubio en voz grave.

Hermione levantó la vista y también advirtió la figura flotante.

Detrás de la armadura salió Peeves el poltergeist travieso que habitaba en Hogwarts.

Salió flotando alegremente. 
— Draco Malfoy!!!, el pequeño Malfoy !!! — exclamó el poltergeist travieso. 
— Qué hace aquí el Malfoy pequeño, y a estas horas — preguntó el fantasma que tenía las manos repletas de tizas de colores entre mezclada con piedrecitas para quizá planear una broma al que pasara por el pasillo.

Hermione bajó la mirada y vio qué efectivamente, ella había pisado un montón de tizas de colores.

— Qué te importa — dijo Draco con voz amenazadora, y clavó sus claros ojos grises en el fantasma, y advirtió cómo éste observaba a Hermione y lanzaba una mirada pícara, Draco apretó los labios y miró a  Peeves con ojos intimidatorios. 
— Más vale que cierres el pico, — dijo Draco alzando más la varita.

Un Slytherin En Apuros. Where stories live. Discover now