Lo que siento de verdad

La discusión

¨Raphael¨

-Mikey, ya es suficiente. ¿Qué no oíste? ¡Cállate! -grité exasperado, perdiendo la paciencia. 

-¡P-pero es la verdad! -Insistió él por enésima vez desde que empezó esta mañana - ¡La vi! ¡En serio que la vi! ¡Ella hizo un acuerdo con el Clan del Pie para ganar dinero y entregarnos a Shredder! ¿¡Cuántas veces se los tengo que repetir!?

-Ya es suficiente, Mikey -dijo Leo con la mayor serenidad posible - ¡Ni siquiera tienes pruebas de lo que dices! Kala es nueva en la ciudad y no conoce muchos lugares después de que mutó. Además, sólo ha estado un sólo día con todos nosotros. ¿Por qué querría traicionarnos?  ¿Y cómo pretendes que conozca a Shredder? 

-¡Pero Leo! ¡Es... ES LA VERDAAAAAAD! -bramó con fuerza y con aspecto de desesperación.

-¡YA BASTA! -exclamé, dándole un golpe en su húmeda mejilla por las lágrimas para que se callara. Y funcionó - ¡No quiero seguir escuchando tus tonterías! ¡Eres un estúpido! ¡Si sigues comportándote como un niño malcriado y mimado no volveré a hablar contigo jamás! ¡Kala no es nuestra enemiga! ¡Ni siquiera tiene razones para serlo! ¡Entiende eso de una maldita vez!

En seguida, rompió a llorar, y nadie dijo nada más. Todos lo quedamos mirando con el ceño medio fruncido. Donnie estaba tan molesto como Leo con él, pero ambos trataban de conservar la calma, pero yo no. Ya me había hartado. Desde esta mañana que no había parado de molestar con la misma cantaleta sin tener pruebas de lo sucedido. ¿Cómo pretende que le creamos así? 

Sé que siempre está inventado cosas raras que es mejor ignorar, pero esta vez se pasó definitivamente de la raya. 

-Michelangelo -habló el maestro Splinter, interrumpiendo sus sollozos - No sé si lo que has dicho es cierto o es sólo una de tus numerosas bromas para molestar, pero si quieres comprobar algo; se necesitan pruebas irrefutables. Tú sola palabra no es una aclaración lo suficientemente sólida para revelar un hecho, a no ser que tengas esas pruebas en tus manos -se acercó caminando serenamente a él y estiró la mano - ¿Las tienes?

Todos esperamos a que respondiera, pero sólo bajó más la mirada dando a entender que no las tenía.

-Entiendo -regresó su mano hacia su espalda y se dio la vuelta - Entonces, todos vamos a hacer de cuenta de que este berrinche nunca ocurrió, incluyéndote a ti, Michelangelo -lo miró ligeramente por encima del hombro - La joven Kala se mudará aquí por unos días y quiero que te comportes como el buen chico que siempre has sido... tal vez, incluso mejor. No toleraré otro escándalo como este -empezó a caminar en dirección al dojo a paso tranquilo hasta que entró.

Mikey se secó las lágrimas, pero ahora su aspecto se veía enfurecido y lleno de tristeza, uno que jamás había visto en él. Usualmente cuando lo veo de esa forma, intento tragarme el orgullo y consolarlo un poco, pero ahora sinceramente estoy tan furioso con él que no me interesa. 

Iba a darme la vuelta para irme, no obstante, en ese momento aparece mi chica con un maletín en su mano. Sonreía feliz y tan bella como el día que la conocí y se acercó a nosotros.

-Hola a todos. Ya estoy aquí -dijo canturreando las palabras.

Mikey, al oír su voz, se dio vuelta y corrió hacia su habitación sin si quiera mirar atrás. Se pudo escuchar el gran portazo que dio tras cerrar la puerta. 

-¿Le pasó algo al pequeño? -preguntó Kala frente a mí, mirando a hacia donde se fue Mikey con preocupación. 

-No, no es nada... -le respondí, tratando de sonar convincente - Sólo fue una... tonta discusión. Pero ya se le pasará el enfado. No le doy ni unas horas.