Lo que siento de verdad

Mi pequeña luz

¨Raphael¨

Ese tonto cabeza hueca... ¿A dónde diablos se habrá ido?

-¡MIKEEEY! -Grité nuevamente su nombre en los diversos túneles de las alcantarillas, seguido de los mismos gritos de Leo y Donnie un poco más atrás. 

Desde que el enano salió corriendo hace dos eternas horas, nosotros tres nos hemos dedicado a buscarlo, y le dijimos al maestro Splinter y a Kala que esperaran en la guarida por si él regresaba... pero aunque esa última opción era la que todos deseábamos, dudo que él lo haga.

Se veía bastante afligido... Odié verlo de esa forma. Tal vez estaba espiándome desde el principio, pero... ¡Maldita sea! 

¡Si tan sólo se hubiera quedado cinco malditos segundos más escuchando...!

-Sigue sin responder a las llamadas... ¡y no encuentro una señal en la que el GPS me pueda funcionar! -se desesperó Donnie, sacando su T-phone por enésima vez, aunque esta vez apretaba los botones con más fuerza.

-Mejor no insistas con lo del GPS -lo trató de tranquilizar Leo - Sigamos buscándolo por nuestra cuenta.

-¿¡Cómo!? ¡Ya hemos visitado todas las partes en las que frecuentaba! -gritó - Si le ha ocurrido algo... yo...

-No pienses en eso -lo interrumpió Leo, logrando que el silencio reinara por unos instantes - Te lo volveré a preguntar, Raphael, ¿qué fue lo que sucedió ahí adentro?

-Ya te dije que él sólo oyó lo que le estaba diciendo a Kala y malinterpretó las cosas -le respondí nuevamente lo mismo. Ya perdí la cuenta de cuántas veces vengo repitiéndoselo. 

-Debió haber sido algo muy cruel como para que saliera así huyendo -se cruzó de brazos - Y encima mencionó algo de que hablabas a nuestras espaldas. ¿Acaso hablabas mal de él? 

-¡Por supuesto que no! -me volteé de golpe para encararlo - ¡Nunca hablaría mal de él! 

-¿¡Entonces qué!? -exclamó también - ¿¡Salió huyendo sólo porque quiso!? ¡No me hagas reír! ¡Lo que dijiste debió afectarlo tanto como aquella vez que también salió huyendo cuando éramos niños!

Iba a responderle con una palabrota, pero me quedé con ella en la garganta al procesar lo que me dijo.

"¿Cuando niños?", repetí en mi mente. Ahora que recuerdo, cuando pequeños discutí con Mikey por haberme alborotado mi cuarto con barro y basura, jugando a ser un soldado o algo así, y eso me había enfurecido. Fue tanta mi ira que ni siquiera me detuve a pensar bien las cosas y solté un montón de estupideces de las cuales me arrepentí muchísimo después; entre esas frases creo haber mencionado que "ojala nunca hubiera tenido un hermano tan inútil y estúpido". Luego de eso, dijo que entonces se iría para siempre, y huyó... de la misma forma que hizo ahora.

Más tarde, cuando salí a buscarlo, lo encontré en... 

-¡...!

-¿Porqué no me respondes ahora, Raphael? -insistió un tanto cabreado Leo, pero ignoré la pregunta y sin pensarlo dos veces salí corriendo - ¿¡A dónde vas!?

-¡Regresen a la guarida! ¡Díganle a sensei que les traeré a Mikey! ¡Ya sé donde está! -contesté rápidamente, sin mirar atrás y sin detenerme.

Crucé y me metí por varios túneles por los cuales no frecuentamos pasar, por lo que el camino estaba más oscuro, más húmedo y con más malos olores. Incluso había enormes redes de araña que parecían cortinas y llenaban todo el túnel, pero gracias a ellas supe que Mikey había pasado por aquí, ya que, de todas formas, las arañas no suelen destruir sus propias redes ni tampoco son tan disimétricas con ellas, ¿o sí?... Heh, claro que no.