Llegada inesperada

1.5K 129 12
                                    

MIKEY

Habíamos llegado hace pocos minutos. April y su padre desempacaron las maletas y Leo y Donnie los ayudaron. Yo no hice mucho, porque no había casi nada que cargar. Don me preguntó cómo estaba, y le respondí que bien, siendo claramente una mentira. No me sentía bien. Me sentía destrozado. Traicionado... nosé porque. April me invitó a beber algo, pero le dije que prefería dormir, y me mostró el cuarto que yo usaría. Eligió justamente el que yo quería; el del segundo piso, con ventanas de perspectiva hacia el costado izquierdo de la entrada principial. Allí afuera se encendía un farol cada noche; así las ardillas no me atacarán mientras duermo. 

Estoy en mi cama, mirando hacia el techo, sin poder domir. Recuerdo una y otra vez a Raph prefiriendo salvar a esa horrible bruja en vez de a mí... Siento ganas de llorar. ¿Por qué tienen que pasar estas cosas? En la mañana, todo perfecto, feliz, alegre y radiante, y en la noche, ¡PAM!, todo se va al suelo, con un golpe y una caída muy dura. Es irónico pensar que el que causa mi más grande felicidad y mi más grande sufrimiento es la misma persona... o... tortuga. Y sé que el único que podría reparar este corazón roto, es él... Pero no lo hará. Está lejos de mí ahora. No lo veré dentro de una semana. Seguramente ha de estar con esa mujer... riéndose, jugando y...y... besándose. 

Sacudo mi cabeza. Sentí mis mejilas calientes y unas lágrimas querían salir de mis ojos. Me concentro en mi respiración. Inhalo... exhalo... inhalo... exhalo...No sé si fue peor o mejor, pero mi rostro comenzó a humedecerse por las lágrimas.  Raph es un idiota... Nunca se da cuenta de nada. Yo...yo... lo detesto. 

De pronto, siento que alguien toca el vidrio de mi ventana. Me sobresalto asustado. ¿Serán las ardillas? ¿Vinieron por mí?... Trago saliva y corro la cortina. Me sorprendo muchísimo al ver quién estaba al otro lado. 

-R-Raph?!? 

¿Qué está haciendo él aquí?... Primero dudo en abrir la ventana, pero después saco el seguro y él entra. Cierra y vuelve a poner el seguro. 

-Mikey, que bueno que te veo, hermano -dice -. Necesito decirte algo.

-No... -digo. Mi voz sonó temblorosa y amarga -. No tienes nada que decir. Ya lo sé todo. No sé porqué estás aquí, pero viniste a perder el tiempo.

-Esta vez no me vas a interrumpir. Lo que pasó en el lab...

-No quiero!! -estallé y rompí en llanto -. No menciones su nombre!! No quiero saber NADA de ella!! 

-TENÍAS RAZÓN! -gritó. 

-No, no es cierto, no es........ -me quedé procesando la información, y sorprendido, lo miro -. ¿Que dijiste?

-Dije que tenías razón. Razón en todo -repite. Su voz sonó arrepentida -. Cuánto lo siento Mikey. Fui un tonto... -Dio un paso hacia mí, pero yo retrocedí. 

Aunque me haya dicho eso, aún me dolía mucho todo lo que pasó, todo lo que hizo y todo lo que dijo. 

-Hermano, por favor..., no me hagas esto -dice. Sigue acercándose a mí. Ya estaba muy cerca, así que estiré el brazo y lo detuve.

-E-está bien, Raph... -digo -. T-te perdono..., pero ya vete. 

-Jhjh... ¿crees que voy a creerme eso? -preguntó.

-Raph, por favor, solo...vete, ¿quieres?

-Qué es lo que sucede? Ya te dije que lo sentía, ¿no?

-UNA SIMPLE DISCULPA NO BASTA, RAPH!!! -Exclamo -. YA VETE!!

De pronto, sentí que su cuerpo flexionaba mi brazo. Me abrazó, pero yo puse mis manos en su plastrón, haciendo presión hacia él para retroceder. Sin embargo, sus manos no dejaban de atraerme hacia su cuerpo. 

-NO, SUÉLTAME! -Le digo -. DÉJAME, RAPH! No quiero que me toques! Aléjate!

-MIKEY! Ya basta, deja de intentar zafarte!

-NO QUIERO! -Comenzaba a debilitarme -. DÉJAME!..... TE ODIO! 

Él dejó de hacer fuerza y yo también me detuve, sin dejar de mirar abajo mientras mis manos tocaban su pecho.

-.... Por qué? -Pregunto ahora sin gritar -. Por qué me haces esto?... Eres quién me hace sonreír, eres quien me hace sufrir, eres un.... eres un.... Idiota! .... Nunca te das cuenta de nada! .... Si tanto amas a esa mujer, ¿porqué no te vas con ella y me dejas en paz? Desaparece... Ya no quiero... ya no quiero seguir triste... Olvídate de mí, Raph. Olvídate de que existo...

Él me soltó y yo caí al suelo de rodillas. No tenía el valor suficiente para verle a la cara aunque quisiera. Me imaginaba una cara enojada y decepcionada, con ganas de irse. Yo no lo soportaría más. 

-¿Cómo puedes olvidar algo que te da vueltas en la cabeza?... - preguntó de pronto -. Hay cosas que simplemente no puedes olvidar -sentí como si hablara el maestro Splinter por un instante -. El Sensei me pidió que te dijera algo. Pero creo que será en otro momento. Cuando te sientas mejor... -se va hacia la ventana. Escucho que saca el seguro. Por un instante, quise que no se fuera, pero luego pensé que si lo hacía sería mejor para los dos.

Abrió la ventana... pero no se fue. Volvió a cerrarla y apoyó sus manos sobre ella. Suspiró. 

Lo que siento de verdadOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz