Interludio - Vuelta al ruedo

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Suspiré relajada cuando volví mi mirada a la carta que acababa de llegar del ayuntamiento

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Suspiré relajada cuando volví mi mirada a la carta que acababa de llegar del ayuntamiento. Me habían aceptado la beca de estudiante, la cual pagaba el 50% de la carrera universitaria. Sin duda era quitarme un peso de encima, la universidad privada era muy cara y mi familia no es que fuera de clase alta. La beca, más el dinero que conseguí en el golpe, pagarían alrededor del 60% de la carrera, pero aún me faltaba el otro 40%.

Había pasado un mes desde aquel día, y mi mente no había dejado de pensar en aquel momento. La adrenalina recorriendo mi cuerpo había sido como una droga, y pasé todo aquel tiempo intentando recrear la sensación, sin éxito. Sólo había visto a Seth un par de veces más, y nuestras miradas apenas se habían cruzado unos segundos, nos ignorábamos por completo y no era algo que me molestaba del todo.

Volví a mirar las facturas y mi mente voló una vez más a aquel momento el cual no me quitaba de la cabeza. Parte de mi cerebro quería culpar mis pensamientos intrusivos de convertirme en una ladrona a problemas económicos, pero la otra razón pesaba mucho más. Miré el teléfono, observando la hora, las 11:30 de la mañana. Por unos instantes recordé cuando North me dijo que solía ver a Seth en la biblioteca a esa hora. Mi corazón se aceleró al instante, pero sacudí la cabeza y volví a bloquear el teléfono. Bufé, y al cabo de unos segundos, volví a mirar la hora.

A la mierda.

Me levanté del sofá y salí del apartamento como alma que lleva el diablo, bajé las escaleras rápidamente y salí de mi edificio, para finalmente cruzar el jardín casi corriendo, esperando que siguiera allí. Atravesé el campus y entré a la biblioteca. Recorrí el edificio de arriba a abajo, buscándolo por todos lados, hasta que pude distinguir su espalda sentado en una de las sillas. Me acerqué a él y di la vuelta a su mesa, sentándome justo en frente. Sus ojos salieron del libro en el que estaba concentrado y se encontraron con los míos, frunció el ceño confuso mientras se quitaba los auriculares y me observó en silencio por unos segundos. Llevaba una simple camiseta azul y su pelo se encontraba alborotado. Sus ojos azules me analizaron por unos momentos, hasta que una media sonrisa cargada de egocentrismo no tardó en posicionarse en sus labios.

—Pensaba que me querías fuera de tu vida —canturreó.

—Quiero participar en otro golpe —solté. Seth levantó una ceja sorprendido, para después reír mientras negaba.

—Tiene gracia, hace unas semanas me repetías cada cinco minutos por qué era una escoria criminal y ahora quieres ser una ladrona —saboreó cada palabra que dijo.

—Déjate de juegos Seth, necesito el dinero.

—¿Por qué iba a dejarte participar? —rió. —Eres una carga la mayoría del tiempo, solo lograrías poner en peligro al equipo. —No dije nada, en el fondo tenía razón, no es que fuera una experta ladrona

Bufé y coloqué mi espalda en el respaldo de la silla, sintiéndome por unos segundos la chica más estúpida del mundo por pensar que alguien como Seth podía ayudarme.

—¿Quieres participar? —preguntó, captando de nuevo mi atención. —Demuéstrame que eres útil.

—¿Cómo diablos hago eso?

—La creatividad entra en la parte de ser útil, chulita. —Se levantó de su asiento, preparado para irse. —Parece que no me vas a perder de vista al fin y al cabo —dijo con una sonrisa, dio media vuelta y se marchó por dónde yo había venido.

Pensé en sus últimas palabras por unos segundos sin saber si eso era algo bueno o malo.

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