Capítulo 30 - Puñalada al corazón

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Sostuve el precioso collar entre mis manos y simplemente lo admiré

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Sostuve el precioso collar entre mis manos y simplemente lo admiré. Eso era lo que llevaba haciendo por dos semanas durante todos los días. Obviamente no era muy buena idea ponérmelo teniendo en cuenta la repercusión mediática que había tenido el golpe a la joyería. Llevaban semanas reproduciendo una y otra vez los videos de Seth y yo atracando el local, captados por las cámaras, y una investigación se estaba llevando a cabo. A pesar de mi preocupación, los chicos aseguraban tranquilamente que no encontrarían nada, cosa que me tranquilizaba.

Seguía hablando con Chad y Mia, incluso quedaba con ellos de vez en cuando, en cuanto a Seth, ni rastro.

No contestaba los mensajes, ni las llamadas, ni aparecía por la universidad. Según Chad estaba en Argentina, atendiendo unos negocios, pero me sonaba a excusa barata. Chad no sabía mentir muy bien.

—¡Violet! —escuché a North gritar como una desesperada desde el salón.

—¿¡Qué pasa?! —grité molesta.

—¡Corre! —gritó una vez más.

Rodé los ojos y pegué un salto de la cama, abriendo la puerta de mi habitación la cual daba al salón.

—¡¿Qué diablos haces?! —Me encontré a North, casi en el suelo, sujetando el enorme árbol de navidad el cual amenazaba por caerse encima de ella.

—¡Ayúdame! —suplicó.

Me acerqué a ella rápidamente y sujeté el árbol, volviendo a ponerlo de pie.

—¿Estás loca? Se te podría haber caído encima —dije observando el enorme árbol natural que North se había empeñado en poner.

—Sigue sin convencerme esa estrella —murmuró mirando a lo alto del árbol.

—Es solo una estúpida estrella de plástico, déjala tranquila.

—Que poco espíritu navideño, pareces el grinch. —La fulminé con la mirada, y cuando iba a contestarle alguna burrada, el teléfono sonó.

—Salvada por la campana —murmuré mientras me apresuraba a coger mi teléfono. Sonreí a la pantalla al ver ''mamá'' —Hola mamá —saludé.

—Hola cariño —escuché al otro lado de la línea, junto con las inconfundibles máquinas del taller de papá de fondo

—¿Has recibido el dinero? —le pregunté.

—Justo venimos del ayuntamiento de saldar la deuda. —Sonreí contenta. Cuando mi madre me dijo que necesitaban dinero para saldar una deuda con el ayuntamiento, no pude evitar utilizar mi recién adquirido dinero negro para echarles una mano —¿Cariño de dónde has sacado tanto dinero?

—Estoy trabajando en un pequeño supermercado, el jefe me ha dado un adelanto. —A medida que hablaba, North me miró con el ceño fruncido. Hice una señal para que se callara.

RUN©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora