Capítulo 42 - Lenta e irremediablemente

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El árido viento del sur se deslizaba suavemente por mi mejilla, dándome la tranquilidad necesaria que necesitaba después de toda esa locura

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El árido viento del sur se deslizaba suavemente por mi mejilla, dándome la tranquilidad necesaria que necesitaba después de toda esa locura.

Aunque mi atención se centraba mayormente en la carretera, de vez en cuando echaba un vistazo a mi co-piloto.

Violet dormía como un ángel a mi lado, sin enterarse de a dónde nos dirigíamos, totalmente sumergida en un sueño profundo. Mi mente no podía dejar de pensar en todo lo que había cambiado mi vida en esos últimos meses, más bien en lo mucho que Violet había cambiado mi vida. Sin duda, esas pequeñas vacaciones era justo lo que necesitábamos para atar los últimos cabos y entregarnos el uno al otro definitivamente.

Después de esa maravillosa semana viviendo aventuras a su lado nos sentíamos inseparables, y ya no me sentía débil por preocuparme por otra persona, o por amar, sino más bien lo contrario; Me sentía imparable, más fuerte que nunca.

El sexo con Violet había sido indescriptible, como tocar el cielo después de pasar por una larga odisea la cual había sido muchísimo más dura para ella que para mi, había sido cómo si después de una larga tormenta por fin se hubiera calmado el tiempo. Aquella noche vi la Luna reflejarse en sus ojos, dándole un brillo inmejorable, recordándome por qué me volvía loco su presencia.

Por desgracia, lo bueno suele durar poco, y era hora de acabar con esas pequeñas aventuras las cuales era el paraíso para nosotros y el infierno para gran parte de la población del país. Después de aquel día decidimos calmarnos, ya que el asunto se había convertido en noticia internacional. Los famosos Bonnie & Clyde del siglo XXI ya estaban en todas las televisiones del mundo, y aunque de alguna manera me parecía incluso divertido al punto al que habíamos llegado, no queríamos levantar demasiadas sospechas, así que dimos por acabadas nuestras aventuras de momento, pasando el último par de días como simples turistas.

Pero las obligaciones nos llamaban, y era hora de volver a Nueva Orleans, no sin antes pasarnos por un lugar especial.

Seguí conduciendo por un buen rato, hasta que un cartel indicó que iba por buen camino.

''Bienvenidos a Oakdale''

Saqué el teléfono y busqué dirección que me habían proporcionado.

En unos escasos minutos entramos al pueblo.

Por lo que parecía en el mapa, era minúsculo, pronto comencé a ver árboles por todos lados con bonitas casas de madera blanca, dándole un aire acogedor al lugar. Unas calles más tarde, habíamos llegado.

Según la información que me habían dado, estaba justo delante de la casa de los padres de Violet. Observé a la rubia dormir plácidamente, ajena a lo que pasaba a su alrededor y aproveché para echarle un vistazo a la casa en cuestión.

No era nada del otro mundo, totalmente blanca como todas las demás, bastante sencilla y modesta. Podía verse un escaso jardín delantero con un caminito hasta la puerta principal.

RUN©Where stories live. Discover now