Capítulo 33 - Experiencia de muerte

13.6K 1.2K 270
                                    

—Uno —exclamó Chad con poca gracia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Uno —exclamó Chad con poca gracia.

—Mierda —dije con el mismo tono cansado observando su última carta.

—Boom —murmuró mientras soltaba un dos rojo. —Chad veintidós Seth quince —soltó con entusiasmo fingido.

Nos encontrábamos en el suelo de mi habitación de hotel, esperando a Mia y Violet quien llevaban una hora en el baño probándose los centenares de trajes de baño que se habían traído.

Chad observó las cartas cansado y volvió a levantar la mirada hacia la puerta del baño.

—¿Os queda mucho? —preguntó por décima vez.

—¡No seas pesado Chad! —la voz de Mia retumbó hasta a través de la pared. Chad resopló al igual que yo.

Cinco minutos más tarde la puerta por fin se abrió provocando que Chad y yo nos levantáramos al unísono expectantes a las vestimentas de nuestras compañeras.

Para nuestra desilusión, ambas llevaban vestidos largos de playa, Mia uno blanco suelto con un estampado de flores y Violet uno ajustado color negro con un corte en la cola.

—¿Dónde diablos están los bikinis? —soltó Chad.

—Debajo —contestó Violet obvia.

Pasé por el lado de la rubia agarrando su mano y le susurré mientras andábamos fuera de la habitación.

—Con lo que has tardado en cambiarte más te vale sorprenderme con lo que lleves debajo de ese vestido —Violet rió irónica, rompiéndome todos los esquemas como siempre.

—¿Qué te hace pensar que me visto para complacerte? —No pude evitar lanzar una mirada a sus ojos verdes los cuales me miraban divertidos, se soltó de mi mano y se adelantó al ascensor.

Bajamos hasta recepción y cogimos a un taxi hasta la costa. Pedí al mismo que nos dejara algo alejados para poder llegar andando.

Una vez nos bajamos del taxi ya podía notarse la brisa del mar, un aire ligero con un toque a sal y agua.

Ya era un poco tarde, pero aún así el Sol brillaba sobre nosotros.

Me adelanté junto con Violet mientras que Chad charlaba con Mia, y analicé todos y cada unos de sus gestos y reacciones. Sabía que eso era algo nuevo para ella, y no quería perderme ni un segundo de su emoción.

—¿No podía habernos dejado justo en la playa? —se quejó Violet.

—No —me limité a responderle.

Yo ya había estado en la isla antes, por eso me conocía bastante bien la zona. Había pedido al taxista que nos dejara en una zona elevada a la costa dónde las vistas fueran lo mejor posible. Seguimos andando por unos minutos hasta que reconocí el sitio al instante.

RUN©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora