Capítulo 18 - El Golpe (Parte 1)

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Aquel Sábado por la mañana fue muy distinto a los demás

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Aquel Sábado por la mañana fue muy distinto a los demás.

No podía concentrarme en lo que decía la profesora de ética, y es que en realidad no escuchaba nada salvo el tic tac del reloj. Mi mirada se mantenía fija en un punto muerto, y mi mente se encontraba enterrada profundamente en mis propios pensamientos. Mi pierna temblaba a un ritmo imaginario, y mi respiración se encontraba agitada y entrecortada.

Una horrible sensación de estar siendo vigilada me sobresaltó, y miré hacia atrás, encontrándome con sus ojos clavados fijamente en mi.

No había vuelto a hablar con él desde aquel día en su casa, y ya había pasado casi una semana. Pero hoy tenía que hacerlo sí o sí, era el día, estaba aterrorizada, y él lo sabía.

Tragué saliva y volví mi mirada al frente, en el momento justo para escuchar el timbre sonar a todo volumen, trayéndome a la realidad.

—Bien, se acabó la clase por hoy, nos vemos mañana —anunció. No tardé en levantarme de mi sitio, con North siguiéndome de cerca, y salimos de aquella clase.

—Joder sí que tienes prisa hoy —dijo mientras me seguía de cerca.

—Diez minutos más en ese sitio y me tiro por la ventana —murmuré disgustada. Continuamos el camino de vuelta mientras North me explicaba uno de sus cotilleos a los cuales no presté mucha atención y llegamos a la cafetería.

Nos sentamos en una de las mesas libres mientras pedíamos unos cafés.

—¿Sabes? Estoy harta de mi profesora de psicología, lo único que hace es mandarme trabajos y más trabajos ... —Mi mente voló de nuevo al Nirvana, y dejé de prestar atención a North.

Recordé el mensaje de Mia, citándonos a todos en casa de Chad y Seth a las 14:00. Miré la hora para comprobar que aún era pronto, pero aún así, mi corazón se aceleró al ver que tan solo quedaban horas para el golpe, y sólo la idea de pensar en todo lo que iba a tener que enfrentarme me cortaba la respiración de una manera muy desagradable.

—¡Violet! —exclamó North dando un golpe en la mesa. —No me estás escuchando.

—Lo siento —me disculpé—. ¿Qué decías? —North bufó y rodó los ojos.

—Últimamente estás muy rara, pero hoy te llevas el premio.

—Lo siento —volví a disculparme.

—Violet, ¿Qué te pasa? —preguntó.

—Sólo estoy algo cansada —Mi excusa no le bastó, pero aún así asintió.

—¿Al final vas a ir hoy a casa de tus padres? —Mientras North hablaba, un movimiento tras ella captó mi atención. Justo en la puerta de la cafetería, apoyado en el marco de la misma se encontraba Seth. Sus ojos me observaron seriamente por unos segundos, y después hizo un movimiento con la cabeza, indicándome que era la hora. —¿Violet? —insistió.

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