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Liam.

La observo mientras ella duerme, su respiración es tranquila, su brazo alrededor de mi abdomen, como si la idea de dejarla sola le resultará aterradora.

Observo las expresiones que hace su carita mientas duerme.

Sonrió mientras acarició su cabello.

Tiene unos ojitos tan bonitos, los mismos que me resultaron interesantes la primera vez que los vi.

Su forma de ser, como actúa, todo de ella es interesante.

Dylan en sí es interesante.

Mi mirada baja a sus labios, el recuerdo de cuando la besé llega a mi cerebro.

¿Un impulso?

No, no fue un jodido impulso.

Hay otra razón por la que decidí hacerlo.

Ella... Me gusta.

No sé cómo explicarles, no tengo argumento para decirles cómo surgió.

Lo único que sé es que cuando la veía en cualquier lugar de la universidad, lo único que quería hacer era acercarme a ella y abrazarla, volverla a besar y las pocas veces que sonreía quería que siguiera sonriendo.

Creo que ese sentimiento incrementó hace cinco días cuando decidí besarla.

A pasado más de un mes desde que llegué a esa universidad y en ese mes Dylan robó mi atención.

No llegué a esa universidad buscando algo más de lo que ya tenía planeado, no vine con ningún otro objetivo o razón.

Hasta que la vi.

Tan indiferente.

Tan ella.

Jamás pensé que lo que empezó como interesante se hiciera algo más.

-¿Planeas seguir mirándome?

Su voz me saca de mis pensamientos y la veo sonreír.

-Podría ser-respondí encogiéndome de hombros.

Soltó una risilla y luego nuestras miradas se conectaron enviando un cosquilleo a mi estómago.

No es su momento mariposas.

Mi mirada calló nuevamente en sus labios.

Quiero besarla.

-Dylan...

-Solo hazlo.

Corté la poca distancia que teníamos uniendo nuestros labios en un beso lento, lleno de emociones.

Sus labios se movían en sincronía con los míos, su lengua abrió paso a mi boca y de un momento a otro estaba encima de mí.

Hizo una leve fricción rozando mi entrepierna, gruñí contra su boca y tiré de su labio inferior hasta soltarlo.

Quiso hacer otro movimiento similar, pero la detuve sosteniendo su cintura con mis manos.

-No hagas eso por favor.

-¿Esto?-y volvió a hacer un vaivén en mi entrepierna.

Reprimí un jadeo y ella sonrió con picardía.

-¿Quieres hacerlo?-preguntó de repente.

Y esa pregunta fue como un balde de agua fría.

Evite su mirada mientras mordía mi labio inferior.

-¿Liam?

Un resoplido abandonó mis labios, puse mi mirada en ella, su carita estaba contraída.

Mierda.

Tan JodidosWhere stories live. Discover now