Epílogo

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Tres años después.

—¡Mierda, mierda!

Dylan estaba muy alterada y eso hizo que yo soltaré una risa.

Less, por otro lado, retocaba mis labios con un labial de rosa bajo.

—¡Es tarde, vamos a llegar tarde!—dijo Dylan con desesperación.

—Cálmate Dylan, llegaremos a tiempo—dijo Less.

Reí nuevamente y me miré en el gran espejo que había frente a mí.

Yo traía un vestido blanco ajustado hasta la cintura y suelto hasta mis tobillos.

Y aunque no aparentaba estar nerviosa.

Por el amor de lo que más quieran, si lo estaba.

Iríamos a firmar los papeles legales de matrimonio.

Sentía una felicidad mezclada con nervios.

Eidan me había propuesto matrimonio hace cuatro meses.

Habíamos ido de vacaciones con los chicos ah una cabaña en la playa.

Después de cenar él me invitó a la terraza de la cabaña y acepté ir con él.

Noté cómo estaba muy nervioso.

Cuando llegamos nos quedamos un rato mirando el mar.

La luna reflejaba su luz en las olas dándoles un brillo muy bonito.

—Annelise, tengo algo que decirte—me dijo sin dejar de mirar el mar y luego volteó y me miró—Sé que tal vez sea muy apresurado pero quiero darte esto.

Sacó una cajita con dos anillos dentro haciendo que mi corazón palpitara muy rápido.

—Son anillos de compromiso, no sé si sea muy rápido para proponerte matrimonio, pero me siento seguro al decirte que quiero pasar mi vida contigo, poder pasar mis días contigo, así que si tú estás dispuesta, quiero darte esto, no espero una respuesta ahora, por qué yo tendré el tiempo suficiente para esperarte toda mi vida—dijo y yo sentí como una lágrima caía por mis mejillas.

Había sido un día mágico.

Observé el anillo en mi mano y sentí esas ganas de llorar, pero no quería arruinar el trabajo de Less.

Habíamos decidido hacerlo oficial hace un mes.

Los chicos enloquecieron y comenzaron a planificar todo.

Habíamos invitado a nuestras familias.

Mi papá, los padres de Eidan y Liam y la mamá de Less.

Sería algo de nuestro vínculo personal.

La firma de documentos sería en la playa.

Decidimos qué sería allí, ya qué había fue ahí donde Eidan me propuso matrimonio.

Liam, Tony y Less se habían encargado de las decoraciones y todo, mientras que Dylan me ayudaba con el diseño del vestido y lo demás.

Volviendo al presente mientras los minutos pasaban sentía mis nervios volando de un lado a otro.

Dylan aparcó su carro en la orilla del muelle cerca de dónde estaba la cabaña.

Less salió primero y me ayudó a bajar.

Decidí no usar tacos muy altos, ya que al ser arena seguro acabaría en el suelo, opté por unas plataformas bajas color beige.

El aire resopló y sentí la brisa del mar en mi cara.

Cerré los ojos y respiré profundo.

—Quién lo diría, qué una de mis mejores amigas se casaría—dijo Less a mi lado.

Sonreí.

Caminamos hasta el interior de la casa y vi al chico que me sigue haciendo acelerar el corazón como la primera vez.

Me sonrió de una manera tan peculiar.

—Te ves preciosa hija—dijo mi padre con una sonrisa.

Sonreí y lo abracé delicadamente.

—¿Vamos?—preguntó ofreciendo su brazo y yo lo entrelace con el mío.

—Vamos—respondí.

Caminamos hacía mi chico.

Mi Eidan.

Se veía perfectamente bien.

Si traje estaba impecable.

Al llegar mi papá entregó mi mano a Eidan.

El señor Jones se dio cita ante nosotros con varios papeles en sus manos.

—Aún estás ah tiempo de arrepentirte—dijo Eidan con una mezcla de burla y riendo.

Reí junto con él.

—Te amo—dijo depositando un suave beso sobre mi mejilla.

—El sentiento es mutuo Eidan Ezequiel Jones, yo también te amo—dije entrelazando su mano con la mía.

Y sentí como mi corazón se sentía tranquilo, se sentía seguro y se sentía enamorado.

Yo también estaba dispuesta a pasar el resto de mi vida junto a él.

Y sé perfectamente que habrá más idas y vueltas en el camino, pero yo solo tendría algo que decir para finalizar esto.

—En las buenas, en las malas y las demás jodidas—susurré mirándolo.

—En todas—susurró él.









****

Y aquí finalmente despedimos a los chicos.

Siento que merecían esté final.

Eidan y Annelise merecía un final feliz.

Cómo dije.

El perfecto cliché.


Tan JodidosWhere stories live. Discover now