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–Anne–sentí cómo alguien me sacudió levemente.

Al abrir mis ojos se toparon con Dylan.

–¿Sí?–pregunté bostezando.

–Ya acabo la clase, vamos–dijo con una sonrisa.

Miré a mi alrededor y era cierto ya no había nadie en el salón de clases.

–Tienes suerte de que la profesora no notó que te dormiste en su clase, ¿Noche ruda eh?–preguntó riendo.

–Muy graciosa–le dije volteando los ojos.

Me levanté y caminé junto a ella.

–¿Vamos a comer algo?–pregunté, mi estómago rugía por un poco de comida–Hambre.

–Claro, vamos–dijo.

Les diré un poco cómo es Dylan.

Dylan tiene aires de ser sacada de Wattpad.

Su cabello negro con ondas en las puntas, con una perfecta figura física, ojos de color turquesa, piel blanca.

Literal todo en ella grita perfecto.

Dylan es el tipo de chica que usa cualquier cosa y le queda perfecto.

Es de las chica catalogada como BadGirl.

Es la chica hermosa que va por la vida rompiendo corazones, claro no por qué ella quisiese, por qué ella es muy clara con los chicos.

Pero a pesar de eso es una increíble persona, la amarán se los aseguro.

Ella es tipo: no me jodas tanto o asesino tus pelotas.

Pero al igual que todos ella también tiene su lado tierno que se define como: Okey si te quiero pero de lejitos, besos.

Aún recuerdo cómo nos conocimos, el día en que nos hicimos amigas.

Éramos más pequeñas, en ese entonces estábamos en primaria.

Me iban a dar un golpe, pero una voz interrumpió.

Josh, Josh ¿En serio? ¿Le ibas a pegar a una niña?–dijo una chica apareciendo en el lugar–Dime, ¿Piensas qué por pegarle a una mujer te crecerá esa cosa diminuta que traes entre las piernas?–dijo frunciendo el ceño y acercándose a él.

Se acercó a ella dispuesta a golpearla, pero ella esquivó el golpe.

–La violencia no es una forma de arreglar las cosas.... Pero si así lo quieres–dijo bastante tranquila mientras formó un puño con su mano y golpeó a Ámbar en el rostro, Ámbar se tambaleó un poco y la chica aprovechó y la empujó al suelo.

–¡Oh Dios mío!–chilló la profesora entrando al pasillo y al ver la escena

¡Todos a la oficina del director!–dijo muy molesta.

La chica que golpeó a Ámbar se acercó a mí con una sonrisa amable en su rostro.

¿Estás bien?–preguntó.

Sabes que nos castigarán a todos por esto, ¿Verdad?–le dije y ella solo sonrió.

Ah, no importa, después de todo necesitaban qué alguien les diera su merecido–dijo tranquilamente.

¡Niñas caminen!–gritó de nuevo la profesora.

Gracias–le dije honestamente, de no ser por ella esos locos estarían golpeándome, no es que no sepa defenderme, pero nunca me gustó recurrir a la violencia.

Tan JodidosWhere stories live. Discover now