29

7K 336 80
                                    

Candela Montalbetti// 26 de julio de 2023, Buenos Aires

Son las ocho y media, estoy a minutos de encontrarme con Leandro.

Termino de maquillarme, opté por hacerme algo tranquilo y cómodo.

Buenos Aires esta en su punto máximo frío, el invierno acá es con viento y un frío que te toca los huesos.

Algunas nubes se acomodan en el cielo ya casi negro, las calles están transitadas por donde se mire.

Busqué mi bolso y guardé lo necesario. Apagué las luces de la habitación de hotel. Ya estoy lista para verlo.

Me miré por última vez en el espejo y abandoné la habitación.

El pasillo del hotel es de color nude con algunos detalles en dorado.

Espero el ascensor y verifico no tener algún mensaje de Leandro dando vueltas, él prefirió que nos encontremos en un restaurante del centro.

Me subí al ascensor y apreté el botón de planta baja.

Me miro unas cuantas veces en el típico espejo de ascensor, me saqué una foto y se la envié a Florencia.

Unos segundos después ya estoy en la recepción del hotel.

El recepcionista se encarga de pedirme un taxi, antes de salir veo como algunas personas llevan abrigo y de inmediato me pongo mi campera.

Agradecí al recepcionista y dejé al hotel detrás de mí.

Saludé al taxista y me subí al taxi.

¿Hasta dónde vas? - pregunta viéndome por el espejo retrovisor-

Hasta II Gatto, por favor - contesté releyendo el mensaje de Leandro-

El señor suelta un sonido de sorpresa y asiente poniendo en marcha el auto.

Bajo un poco el vidrio para poder disfrutar de la vista de la ciudad.

Buenos Aires siempre me gustó, tiene algo que me atrae y sin duda viviría acá.

Muchos autos se amontonan en las avenidas importantes y eso hace que me ponga nerviosa, no me gusta llegar tarde.

El taxista va escuchando la radio deportiva.

Recibí un mensaje de voz de Leandro y apreto el botón para reproducir.

"Gorda, acordate de decir que la reservación está a nombre de Leandro Paredes, en cinco ya salgo para alla"

Mis mejillas se ponen un poco rojas, el volumen estaba al máximo.

¡Se llama como el jugador de la selección! - exclama el taxista canoso y asentí-

Es él- contesté con timidez y un poco temerosa-

Como estamos en un semáforo en rojo giró a verme.

Esta mal mentir nena - se ríe y lo miré nerviosa-

Apreté la foto de perfil y se la enseñé. Me miró atónito y cayó en la realidad cuando las cientos de bocinas comienzan a sonar detrás nuestro.

¿Son novios? - preguntó curioso sin verme, y eso produce un cosquilleo en mi estómago-

Eh no, solo salimos - contesté viendo la avenida- Vivimos en el mismo edificio en París

Él no contestó y le bajó el volumen a la radio.

Decile que es un jugador excelente- me pide antes de estacionar frente al restaurante-

Rumors | Leandro Paredes Where stories live. Discover now