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Leandro Paredes // 8 de marzo de 2023

¿Qué miras tanto? - preguntó mi acompañante, corrí la mirada del sector de la barra-

Nada...nada - contesté y me hice el tonto mirando mi trago-

Me codeo y miró a esa castaña que tiene algo tan atrapante. Su mirada te cautiva y tiene un cuerpo espectacular.

Sacudí mi cabeza, alejé esos pensamientos que cada vez que la veo se vuelven más oscuros y algo excitantes a decir verdad.
No hace falta tener un problema masculino frente a mis amigos y sus respectivas parejas.

Desde que encontramos este bar en la ciudad parisina no dejamos de venir y la verdad que estoy muy a gusto viendo a esa chica, que debe ser cercana a mi edad.

Escucharla hablar en francés hace que algo se remueva en mi interior. Hasta donde sé vino de Argentina más de eso no tengo nada. Pero hay algo que me hace pensar que no es originaria de mi país.

Esa castaña se rió y logré distinguir su voz sin verla. Algunas veces nos atendió ella pero fueron muy pocas, en esos momentos no le presté tanta atención, no hasta que la vi sin su ropa de camarera. Ese horrible uniforme negro oculta sus perfectas curvas.

Mi amigo me mira extrañado, pero sigue hablando con su pareja.

Volví a verla, esta vez esta con un chico. Este la mira con deseo y le habla muy emocionado. Ella, por su lado parece aburrida y solo asiente.

Tiene algo que me atrae y me hace fantasear con ella. En varias ocasiones pude verla con distintos hombres, me quedé hasta lo último para verla únicamente a ella.

Parezco un loco, un poco psicópata quizás. Pero si ustedes la vieran con mis ojos entenderían de que hablo.

Miré la hora de mi celular, es algo temprano aún.

¿Qué decís Leo? - preguntó Mauro y lo miré confundido, volví a perder el hilo de la conversación-

Eh si si - respondí sin saber de que hablaban, escuché unas risas-

Mauro pasó su brazo por mis hombros, lo miré.

Deja de mirar a esa chica - dice en mi oído- anda a hablarle

Tragué en seco, ya era evidente a quien miraba tanto.

Quizás tenía razón, no puedo sólo verla. Me tomé un trago de mi cerveza.

Ya vengo - comenté para levantarme de mi lugar -

Bajo la mirada atenta de mis compañeros clavada en mi espalda. Con un aire seguro, es importante tener el control. Con mi cara seria y una caminata fachera me acerqué a la barra.

Ella me vio y me hizo una seña para que espere. Asentí y miré hacía la mesa. Todos miran como si su vida dependiera de ello.

Recuerdenme no querer chamuyar estando ellos presentes, seguro se entera hasta el dueño del bar que me quiero levantar a su empleada.

Luego de unos minutos apareció frente a mí y su perfume inundó mis fosas nasales. La miré detenidamente y ella con su ceño fruncido aún se me hace atractiva.

¿Qué se te ofrece? - preguntó con su acento español, me vuelve loco.Es evidente que sabe quien soy y cual es mi idioma natal-

Tres cervezas, por favor - miré el cartel que tiene en su camisa negra-

"Candela" ahora la castaña ya tiene nombre.

¿Algo más señor? - me mira y asiento-

Rumors | Leandro Paredes Where stories live. Discover now