Rumors | Leandro Paredes

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Candela Montalbetti// 10 de febrero de 2024 París- Francia

Adrien frenó frente al edificio, había evitado a toda costa poner un pie en el.

¿Querés que te acompañe? - preguntó con un semblante preocupado, negué con la cabeza-

No gracias - murmuré mirando al edificio, tomé una gran bocanada de aire antes de bajar-

Llegué en la mañana y lo único que hice fue pasar el día con el francés, tenía mucha energía y él me pidió que le explique todo con lujo de detalle.

Ambos bajamos del auto, son las ocho de la noche y hay un frío terrible. Estoy más que abrigada, un buzo over size y un jean negro es lo que me da calor.

Adrien sacó las dos valijas que me acompañan desde los últimos días de diciembre, mi fiel compañera.

Le di un beso en el cachete a mi amigo, y crucé rápido

Estaba acá, había posibilidades de encontrarlo y eso hace que mi corazón se acelere.

El portero me recibe con un abrazo, lo había extrañado mucho. Demasiado tiempo sin verlo.
Hablamos unos minutos, me cuenta las novedades del edificio como siempre.

Apreté el botón del ascensor casi temblando, y no del frío, sino de nervios. Evité a toda costa pensar en esto durante el vuelo, la única solución fue dormir y funcionó bien.

Me despedí una vez más del portero y le entre con mis cosas, el ascensor cumple su función y sube hasta mí piso.

Respondo unos mensajes en el trayecto, no dura mucho a decir verdad. Las puertas de dicho aparato se abren y me toma unos segundos acomodar todo para salir de el.

¿Tienen sus cosas? - su voz llega a mis oídos, y las risas de esos dos pequeños me sacan una sonrisa-

Pongo un pie fuera del ascensor, y rápidamente el pasillo queda en silencio. Su mirada conecta con la mía, tiene ojeras bajo sus ojos celestes.

Siento un escalofrío por toda mi espina dorsal, corrí la mirada, no puedo hacer esto.

¡Cande! - el grito de Victoria y Giovanni me hace sonreír a duras penas, su grito me hace caer en la realidad. Estaban frente a mí una vez más-

Corren hasta mí y me agacho lo suficiente como para estar a su altura, nos fundimos en un abrazo, uno de oso como dice Giovanni.

Te extrañé- el menor de los Paredes habla en mi oído, algunas lágrimas se asoman para salir de mis ojos, lo extrañé mucho-

Yo también los extrañé- contesté con la voz afectada de la emoción y el impacto del momento-

Ambos se separan de mi y aprovecho el momento para acomodar mi buzo, la panza se nota mucho más, y eso me pone contenta.

Leandro se quedó en su lugar, parece como si hubiera visto un fantasma. Ese buzo blanco que tanto amo le queda bien, me lo hubiera quedado yo.

No dice absolutamente nada, no se mueve o algo, se mantiene como una estatua en su lugar.

¿Cómo están? ¿Cómo se portaron con papá? - pregunté acercándome un poco más, y recibo ayuda de Victoria con una de las valijas-

Bien - respondió brevemente la mayor, deja la valija justo frente a la puerta del departamento de su papá-

Vicki, amor, yo voy a estar en mi departamento ahora - le explique con dolor, esto no quería que pasara-

¿No vas a estar con papá? - la tristeza es notable en ella, Leandro apoya su mano en el hombro de ella-