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Candela Montalbetti// 20 de diciembre de 2023

Mientras subo y bajo la ventanilla del auto nuevo de Leandro, no dejo de pensar en que voy a perderme la presentación de fin de año.
Soy muy consciente de que soy la culpable de todo esto, me dejé estar y eso hizo que explote de una vez.

Pasaron como seis meses desde la última vez que me hice un chequeo general, detesto los hospitales, me trae malos recuerdos y prefiero evitar cualquier lugar que vincule médicos y mi persona.

Leandro esta concentrado en manejar, tiene un traje y de mi cabeza salen miles de imágenes un tanto subidas de tono.

Leandro vistiendo un traje negro, y con ese aspecto de chico malo que tiene me hacen desearlo. Estuve a punto de sacarme el vestido, únicamente porque quería que me haga suya. Digamos que verlo en traje me da cierto deseo, me da sed de él.

¿Podes dejar de hacer eso? Me pones nervioso- me pide Leandro, al mismo tiempo que apaga el motor del auto-

Perdón, es que no es justo que no pueda bailar- contesté a modo de queja, él rueda los ojos- No quiero quedarme abajo

El sonoro suspiro que viene de él se vuelve algo tan rutinario entre nosotros, podría decir que es algo muy nuestro.

Es por tu salud, pensa que pudo ser peor - argumentó por enésima vez en el día, trata de hacerme entrar en razón como sea-

Pero si pude estar bien antes, puedo estarlo hoy - dije intentando poder convecerlo, pero es inútil-

No, basta, no vamos a hablar de esto ahora - contestó sin levantar la mirada del celular-

Bufé, y me miré una última vez para ver si todo sigue en orden con mi maquillaje.

¿Ya estás? - pregunté, ya deberíamos entrar para tener unos buenos lugares-

Sí, vamos- esta vez me habla más calmado, guarda su celular en el bolsillo-

Ambos bajamos del auto, él llega a mi lado y me agarro de su brazo. Hay unos cuantos fotógrafos en la entrada.

Estos zapatos de taco aguja me están matando, que dolor ser tan diva.
Ambos caminamos en silencio, al llegar a la entrada un grupo de periodistas nos hacen unas preguntas rápidas y no logro entender nada. Leandro, más que acostumbrado es quien se encarga de hablar.

¿Estas embarazada? - me pregunta una rubia de ojos azules, su pregunta me choca-

No, para nada - respondí con una sonrisa falsa, odio esta parte-

Unas fotos antes de entrar, posamos una cuantas veces ante ellos.

Vamos Leo - le ordené en voz baja y lo agarré con fuerza. Quiero salir de acá urgente-

Él asiente y continúa nuestro recorrido hasta la entrada principal de la academia.

¿El vestido me hace ver gorda? - pregunté al entrar, Leandro frunce el ceño-

No, para nada - respondió mirándome y queda hipnotizado - Pero la pancita de embarazada te quedaría bien

Me reí nerviosa, el tema volvió a salir entre nosotros. Y siendo sincera creo que ambos lo tenemos muy presente. Meses atrás pensar en un hijo era mucho, recién empezábamos a estar juntos y era muy rápido pensar en eso. Hoy, casi cinco meses después puedo decir que si me gustaría ser mamá y tener un hijo de él.

Bueno, tendríamos que ponernos a trabajar para que pase - solté la pierda, su sonrisa se ensancha y me mira fijamente-

¿Me lo decís de verdad? - preguntó a lo que yo asentí- Bueno, hoy empezamos la parte más linda

Rumors | Leandro Paredes Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt