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"Cuando las leyendas dejan de serlo y te alcanzan, se convierten en la nueva realidad."
-OATH
Durante la época dorada de los piratas, el hijo de Neptuno se mantuvo como el dueño del mar, pero no era el único que lo podía controlar.
Tampoco ya era el único hijo.
Luego del ataque al barco Canto de Sirena, el océano aceptó a alguien más, una joven pirata que poco a poco se levantaba para ser legendaria, aunque aún le faltaba mucho como para si quiera considerar que el mar dejaría que ella lo gobernara.
En un vasto mar de infinitas posibilidades, todo puede suceder; la marea puede descender, y el mal puede prevalecer.
Y sin importar a lo que estén por enfrentar, tendrán que navegar.
No basta con recitar un juramento, se tiene que cumplir. No es suficiente con escuchar a Neptuno, le tienen que servir. Tampoco basta con respetar al mar, le tienen que seguir.
El océano está lleno de secretos, de peligros y deseos. Hay que tener cuidado, o ahí, todos terminaremos ahogados.
Bienvenidos sean al mar, ¿quién se atreverá a navegar?
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=PRÓLOGO=
Cuando la marea sube, sólo queda esperar a que baje en el ciclo interminable de la marea.
Es algo así como la vida; a veces te sientes en la cima, pero luego llega una ola y te arrastra a la profundidad del océano.
El mar da, y el mar quita.
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Los hijos de Neptuno no estaban totalmente preparados para todo lo que estaba por venir.
Koaskar había sido herido, pero las heridas con el tiempo sanan. Y tan eterna como la cicatriz que deja, así será el deseo de Koaskar por matar a los hijos de Neptuno de una vez por todas.
Y aunque Neptuno tenía planes, nadie podría asegurarle que estos serían cumplidos al pie de la letra... no cuando Anea casi se mata a ella misma al intentar matar sola a Koaskar.
Neptuno veía con agobio como sus hijos se negaban a seguir el plan original.
Y aunque lo más sensato sería crear un mejor plan, ¿quién les asegura que la nueva estrategia no será peor que la primera? ¿Quién les asegura que no tendrán que sacrificar aún más?
Cuando el mar da y no recibe nada a cambio, el mar te arrebata todo lo que te ha dado.
El hijo de Neptuno, el capitán Shawn Mendes, tendrá que seguir liderando a través de un mar de difíciles decisiones.
La hija de Neptuno, la pirata Anea Dankworth, tendrá que seguir luchando antes de que termine ahogada en el fondo del océano.
Sin importar la ruta, sin importar si la marea sube o baja, el Canto de Sirena tendrá que seguir navegando.
De eso dependerá la vida de sus tripulantes.
¡Qué Neptuno esté con ellos mientras recorren los mares!
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