XXII

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ACLARACIÓN SOBRE EL PEQUEÑO CAMBIO CON RELACIÓN AL "|S.M|"

Les explico, la historia es exactamente la misma al igual que sus personajes. Nada va a cambiar en la trama. Literalmente lo único que cambió fue que quité el |S.M|. Si me explico? Ahre. Solo es para confundirlos y hacerlos sufrir un poco. Los amo.



XXII. Estrellas.


Jadeo mientras continúo moviéndome sobre él hasta que ambos quedamos satisfechos.

Al finalizar, Harry me quita de encima ayudando a que me acomode hasta quedar acostada junto a él. Ambos quedamos boca arriba, mirando el techo de madera oscura. Harry pasa su brazo detrás de su cabeza usándolo como punto de apoyo para colocarse en una posición más cómoda.

La llama proveniente del candil que iluminaba la habitación daba la sensación de que sombras se paseaban por el pequeño cuarto, dándole un estilo casi tenebroso, nunca había reparado en ello hasta este momento.

—Parecen almas en pena que no pueden o no quieren abandonar el barco. —Dije señalando las sombras.

—Seguro son los marineros que en su juramento dijeron que siempre estarían en el Canto de Sirena. Y para bien o para mal, los juramentos se cumplen. —Comentó mirando lo mismo que yo.

Ante la mención de los juramentos otra duda surgió en mi. —¿Qué pasa si no quiero cumplir el juramento? ¿Qué castigo recibiría? —Pregunté y Harry chasqueó su lengua.

—Aunque no quieras, el juramento se cumplirá. Aún si hicieras hasta lo imposible o todo lo contrario, al final todos tus actos se resumirían en la realización del juramento. Y el hecho de que el juramento se cumpla aún en contra de tu voluntad no quiere decir que no recibirás tu castigo. Con el simple hecho de que te opongas ya es una falta, pero cada castigo depende de cada juramento, no son castigos iguales. —Harry pausó mientras giraba su cabeza para mirarme. —Es por eso que debes escoger muy bien tu juramento, trata de jurar algo que sabes que no importa bajo qué circunstancia te encuentres o en qué dirección te lleve el mar, siempre podrás y querrás cumplirlo. —Aconsejó mientras yo también giraba mi rostro para poder mirarlo.

—¿Cuál fue tu juramento? —Pregunté y él regresó su atención a las sombras.

—Hay dos partes del juramento; el que todos decimos y el personal. La primera parte el capitán te la dirá para que la repitas, pero la segunda parte ya vendrá de ti. —Se volvió a quedar callado por unos momentos. —No hay nada que te obligue a mantener el secreto de tu juramento personal, pero tampoco hay algo que te obligue a decirlo. Y Anea, yo no quiero contárselo ni a ti, ni a nadie. Es entre Neptuno y yo, y básicamente el capitán, nadie más.

A pesar de que me causaba mucha curiosidad saberlo, entendí que Harry no tenía la obligación de contármelo, y tenía que respetarlo.

Harry se incorporó hasta que se sentó en la cama. —Es hora de que regrese a cubierta. —Comunicó y yo asentí, alrededor de estas horas de la noche él tenía que estar en la cubierta.

Harry no demoró en vestirse y decidí imitar su acción, tenía ganas de salir a la cubierta pues no tenía sueño.

Cuando ambos estuvimos en la cubierta, Harry miró a su alrededor para después mirar el cielo, su entrecejo se frunció y después gritó; —¡TAIPAN! —Exclamó, pero lejos de ser un simple llamado, fue como un reclamo.

Harry subió las escaleras hasta el timón que era donde Calum se encontraba, por los gestos de Harry intuí que poco a poco se calmó hasta volverse sereno.

Ignorando la situación miré hacia el nido esperando ver a Tom, pero no lo vi allí. De un momento a otro sentí una presencia detrás de mi, después sentí como tocaban mi hombro izquierdo y justo en ese instante me giré llevando mi mano al lugar donde usualmente estaba mi cuchillo, sin embargo no lo tenía.

Frente a mi estaba Tom quien me miraba curioso. Lo ignoré un momento mientras trataba de hacer memoria, ¿dónde había dejado mi cuchillo?

—¿Y a ti que te pasa ahora? —Tom cuestionó.

—No tengo mi cuchillo. —Solté y él me miró incrédulo.

—¿Te pones así por un cuchillo?

—Ese cuchillo era bastante práctico. —Y era cierto, aunque debía admitir que había un poco de sentimentalismo, ese cuchillo fue mi primer arma.

—Puedo conseguirte otro, así no actuaras como loca. —Mencionó, pero yo seguía pensando donde pude haberlo dejado. —También podemos aprovechar que nos detendremos en un muelle para conseguir otras cosas.

El recuerdo llegó de repente, se lo había arrojado al hombre de cabellos blancos, saqué la espada de Harry, pero mi cuchillo lo dejé ahí. Ahora si lo di por perdido, pues dudaba que volviéramos a esa isla, y aún si lo hacíamos, no creía posible encontrarlo.

—Espera, ¿nos detendremos en un muelle? Creí que iríamos directamente a la Laguna Negra. —Expuse pues eso era lo que Harry me había dicho hace dos días.

—Y así era, pero hace como una hora el capitán salió a dar la orden para que trazáramos una nueva ruta, esta vez a un puerto en Inglaterra.

—¿Inglaterra?

—Oh, ¿tú nunca habías salido de Portugal, verdad? —Asentí, fuera de las últimas islas, los únicos lugares que conocía era el pueblo donde vivía con mis padres y el puerto cercano a este. —Inglaterra va a gustarte, es bastante entretenido, si sabes a lo que me refiero.

No, no tenía idea de a qué se refería, pero cualquier lugar lejos de bestias y monstruos marinos me era agradable, aunque sea por un mínimo de días.

—No voy a entender nada de lo que dicen, pero bueno. —Comenté y Tom sonrió.

—La mayoría hablamos Inglés, no habrá problema, te diré lo que dicen.

Que conveniente sería hablar otra lengua. —¿De dónde vienes tú? —Pregunté pues no recordaba haberlo hecho antes, ¿o si?

—De Inglaterra, justamente del puerto a donde llegaremos.

—Tú y Harry tienen acentos similares. —Señalé.

—Él también es de Inglaterra, sólo que de una parte diferente. —Contestó resolviendo mi duda, tenía sentido que vinieran casi del mismo lugar.

Dejé de hacer preguntas para no molestarlo más, así mismo dejé de mirarlo y centré mi atención en el cielo. Sabía que los piratas se guiaban por las estrellas, pero si era honesta a mí me parecían exactamente las mismas, o bien, no sabía cómo guiarme con ellas.

Una te llevará a casa, otra te llevará lejos. —Tom dijo junto a mi, pero yo no entendía muy bien a qué se refería. —Esa estrella. —Señaló una en particular. —Te llevará al norte. —Esa otra. —Señaló una en dirección opuesta. —Te llevará al sur. Esa es la información básica para que vayas aprendiendo a ubicarte usando las estrellas.

Me fijé en el cielo poniendo extrema atención a las estrellas que me había señalado, analicé su posición y las estrellas cercanas a estas. Las miré tanto hasta que mi mente conectó un patrón, de ahora en adelante trataría de siempre buscar esa misma formación.

Una te llevará a casa, otra te llevará lejos.

El punto era que yo no tenía casa, nunca la tuve.



Hola, hola. Tal parece que la Laguna Negra se está haciendo esperar, pero por ahora ya quiero ver que podrá esperar en el puerto. Muchas gracias por su apoyo. Los amo x2. ⚡️

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora