XVI

6.5K 958 377
                                    







XVI. Nubes de Tormenta.





—Atención, mis marineros, hoy vamos a adentrarnos a aguas desconocidas, hoy pisaremos tierra que se creía desaparecida. No voy a ocultar lo evidente, habrá peligro a su acecho, no sé qué demonios nos espera en esa isla, pero les aseguro que se sentirá como el infierno. —El capitán habló por lo alto.

El Canto de Sirena estaba entrando en aguas oscuras.

Todo mostraba que estábamos yendo directamente a una tormenta. Nubes negras y relámpagos adornaban el cielo frente a nosotros, un escalofrío recorrió mi cuerpo al saber que tendríamos que pasar por ahí para poder llegar a esa isla de la que El Capitan hablaba.

La Isla Sin Nombre. —Había dicho Tom al llegar junto a mi. —Pase lo que pase, Anea, recuerda que si te descuidas no saldrás viva.

Vaya mierda de advertencia.

—Taipan, toma el timón, Ice, tú ve a donde tienes que estar. —El capitán ordenó y los mencionados obedecieron. —Canario, sube al nido y dime lo que ves. —Tom asintió y corrió a treparse al mástil con destreza. El capitán sacó un catalejo y lo extendió para mirar a la lejanía, hizo una mueca y después lo volvió a guardar.

—¡¿QUÉ ES LO QUE VES CANARIO?! —Gritó el hijo de Neptuno.

—¡NADA, CAPITÁN, NO VEO NADA! —Respondió desde lo alto Tom.

—¡Mantén firme el timón, Taipan! —Habló el capitán mientras volvía a mirar por el catalejo.

No entendía muy bien que pasaba ahora, pero el hijo dé Neptuno hizo una mueca y guardó su catalejo en el bolsillo de su chaleco.

Tom volvió a bajar pues parecía que el capitán estaba esperando que lo hiciera, y así fue. —Esa tormenta no es normal. —Sentenció el hijo de Neptuno. —No podemos ver nada, tendremos que navegar a ciegas.

Tom tan solo asintió y volvió a subir al nido, por su parte, el capitán se giró y le gritó a Taipan: —Vamos a navegar a ciegas. —Repitió y entonces comprendí que eso era un código, pues inmediatamente el resto de la tripulación dejó de hacer lo que antes hacían y se apresuraron a tomar otros puestos.

No sé cuánto tiempo pasó exactamente, pero cada vez nos acercábamos más y más. Mi atención estaba en esas nubes completamente oscuras y coincidía en que no parecían nubes de tormentas normales. Como si fuese neblina, las nubes bajaban hasta la superficie del mar mezclándose con este, y sentí un poco de temor e intriga, ¿qué podría ocultarse entre esa oscuridad?

—Sirve de algo y no te despegues de el barandal en babor, pon atención a todo y notifica si te percatas de algo extraño. Estamos navegando a ciegas, así que usa todos tus sentidos, no solo el de la vista. —El hijo de Neptuno me dijo antes de pasar de mi e ir junto a Taipan.

Obedeciendo sus órdenes fui y me aferré al barandal en babor, aún estábamos en la claridad del mar, pero pronto entraríamos en la parte oscura. De manera inconsciente, casi como reflejo, llevé mi mano a mi cinturón para asegurarme que tuviera mi cuchillo, algo en mi se relajó al sentirlo.

Sin poder posponerse más, el Canto de Sirena se adentró en la oscuridad.

Fue como si de un segundo a otro hubiésemos pasado del día a la noche. El mar seguía tranquilo y el barco se movía de manera lenta, noté que todos se habían quedado en silencio al grado de parecer que no había alma alguna abordo. La oscuridad nos consumía y me pregunté por qué nadie prendía una antorcha, ¿a esto se referían con navegar a ciegas?

Era muy difícil de ver algo por no decir imposible, recalco, esta oscuridad de "neblina" no era normal. Daba una sensación de pesadez así como también el ambiente se sentía frío.

—Steady... Keep her steady. —Escuché un susurro. El barco seguía desplazándose lentamente.

Otros minutos siguieron en completo silencio hasta que se volvió a escuchar la voz del capitán. —Recuerden no encender antorchas aún, vamos a seguir navegando a ciegas. —Me auto felicité por acertar.

Un estruendo se escuchó y después el cielo nos iluminó con un relámpago. Los segundos con luz me permitieron ver una silueta a lo lejos, más lo dejé pasar al no estar segura de lo que vi. Esperé pacientemente un segundo relámpago, y cuando esté llegó no logré ver nada, igual no iba a dejarlo pasar, continuaría estando alerta. Seguimos nuestra ruta y el viento comenzó a soplar con fuerza, en un instante el mar pareció embravecerse y el barco comenzó a mecerse con violencia a causa de las grandes olas.

Me sostuve del barandal con todas mis fuerzas para prevenir una caída, me estaba comenzando a asustar y el hecho de no poder ver nada no me ayudaba en lo absoluto.

—¡No enciendan antorchas! —Se escuchó el grito del capitán. Y si bien comprendía que eso significaba navegar a ciegas, ¿por qué mierda no quería luz en el barco?

Tranquila, Anea. Tranquila.

Ante tanto balanceo del barco, el agua ya me había empapado por completa y el frío que se sentía empeoraba la situación. Y por supuesto que esto apenas estaba comenzando;

Un relámpago reveló una silueta alargada que todos notamos. —¡CAPITÁN, HAY...

La luz se terminó y le siguió un golpe al barco. No sabía con exactitud qué diablos era aquella cosa, pero lo que si sabía era que no se trataba de él Leviatán.

Un solo tentáculo alargado pasó de estribor a babor como si quisiera sujetar el barco para después hundirlo.

Mierda, mierda, mierda ¡eso era justo lo que iba a suceder!

—ICE, NOW! —Se escuchó un grito y le siguieron el ruido de cañones.

Y si bien eso ayudó para lastimar aquella bestia y que se alejara, no fue suficiente para evitar lo que había pensado. —¡No te sueltes, Anea! —Escuché la voz de Tom desde las alturas.

Ante la fuerza y el jalón de la bestia antes de alejarse, el barco se alzó del lado de babor y comenzó a hundirse por el lado de estribor dando así una vuelta de 180°. Aguanté la respiración en el momento que el barco giraba. El Canto de Sirena había terminado con la quilla* flotando y la cubierta sumergida. Seguía aferrada al barandal, y a medida que comenzaba a faltarme el aire realmente creí que ahí todo iba a terminar.

Yo no veía esperanza alguna, si, podía nadar a la superficie ¿y luego qué? Estábamos en medio del mar bajo unas nubes negras extrañas con un monstruo (por no suponer que había más) cerca, ¿qué esperanza había? El barco estaba de cabeza, literalmente. Yo vi completamente normal dar por hecho que estaba a punto de morir.

Pero una vez más olvidaba que nuestro capitán era el hijo de Neptuno. Pronto las aguas comenzaron a empujar el barco logrando que se meciera por debajo del mar, no sabría describir cómo pero continuó hasta que el barco dio otra vuelta de 180° hasta llegar a su estado inicial. El agua escurrió del barco y yo inhalé casi con desesperación. No había luz alguna, pero lo primero que hice fue mirar hacia el nido queriendo asegurarme que Tom estuviera ahí. A mi alrededor escuchaba a algunos toser mientras se recuperaban de lo sucedido, pero yo no estuve tranquila hasta que escuché esa voz tan familiar;

—Si yo te digo que no te sueltes, no te sueltas, ¿entendido?

Y a pesar de que no podía diferenciarlo entre tanta oscuridad, me sentí feliz al saber que estaba bien.




*Quilla: Pieza alargada de madera o de hierro, que va de proa a popa por la parte inferior de una embarcación, y en la que se apoya toda su armazón.

(Sin revisar) Hola, hola. Me encanta esta historia de aventura, sin duda siento que es completamente diferente a mis otras historias. Sigue sorprendiéndome que le tengan tanto cariño como yo. Also, amo mucho a Tom. Los amo. ⚡️

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora