Heather... «Noah Jupe»

43. It's you.

It's you.
~ZAYN.

—¿Sabes que esto está muy mal, cierto?—noah rio.

—Cierra la boca, nos van a descubrir.—reí mientras lo guiaba hacia la azotea de la escuela.

—¿Por que estamos aq... woah.—abrió los ojos asombrado.—Cielos es hermoso.—se acercó más.—Esto es perfecto.—observó todo a su alrededor.—Excepto, le temo a las alturas.—río alejándose del borde del gran edificio.

—Es solo para los dos. Necesitamos tiempo a solas.—lo abrace del cuello.—Y no te preocupes, no pienso lanzarte por ese borde.—reí porque probablemente el estaba pensando en eso.

—¿Como sabes que estaba pensando en eso?—rio tomándome de la cintura.

—Eres predecible.—arrugue la nariz.

—Gracias.—Me miro a los ojos. Sin comprender lo mire con la cabeza ladeada.

—¿Por qué?—pregunte.

—Me haces feliz.—sonrió cálidamente.

—Aw, tu también me haces feliz.—lo abrace. El colocó sus brazos alrededor de mi y comenzamos a balancearnos. Era como estar bailando sin música. Me gustaba esto.

—Aunque está prohibido estar aquí, se siente bien romper las reglas contigo.—rio, junto su nariz con la mía, haciéndolas rozar varias veces.

—¿Que hacen aquí? Saben que deberían estar en clase. Está prohibido estar aquí arriba.—¿como nos encontró? Era uno de los prefectos.

—Jefferson, vamos. Somos amigos, ¿no?—lo mire tratando de relajar las cosas.

—No.—claro, no tienes amigos.—A la oficina del principal, ahora.—¿principal? Tal vez el director de la escuela. Rara forma de llamarles así.

[...]

—Fue mi culpa, yo obligue a Noah. El no tuvo nada que ver.—trague saliva. En parte era verdad.

—¿Por que lo hicieron? Pudieron haber muerto. La azotea es muy vieja y se derrumbará en cualquier momento.—el director me miro.

—¿Y por que seguimos estudiando? Podría derrumbar la escuela.—reclame.

—Son asuntos de adultos, si quieres arreglarla deberías pagar por ella.—el director me miro con enojo.

—Es su deber como director.—rodé los ojos.

—Eso es todo, tres días de detención.—me apunto con su índice. Alce los hombros resignándome.—Usted señor jupe, no me lo esperaba de usted. Pero tendrá un día de detención.

—¿Solo un día? Oiga ella no me forzó, fui yo quien quiso ir.—Noah se alteró.

—Está bien, Noah.—tome su mano.

—Salgan de aquí. Los prefectos los estarán vigilando para asegurarse que están haciendo lo correcto.—el hombre blanco con barba apuntó con su mano la puerta.

Suspire, nos pusimos de pie y salimos de ahí.

—Lamento haberte metido en problemas.—lo mire.

—Está bien, no pasa nada. Se que tenías buenas intenciones.—me sonrió.

—No, no esta bien. No se qué pasa conmigo últimamente. Yo era inteligente, tenía paciencia, educada y tenía las mejores calificaciones. Soy un desastre.—me senté en una de las bancas.

—No eres un desastre. Solo tienes preguntas.—lo mire confundida.—Si, te cuestionas mucho. Estas estresada.—me abrazo.—Y eso es normal.—beso mi frente.