22. Indy.

2.6K 260 307
                                    

Suspire cansada mientras miraba por la ventana, íbamos camino al aeropuerto. Me rehusaba a pensar que pasaría días con mi prima molesta.

Ella venía de Ámsterdam, Netherlands. Les juro que amo Netherlands, pero no a ella. Era mi prima lejana pero aún así su familia y la mía eran muy unidas.

—¿De verdad tiene que venir?—pregunte a mi abuelo.

—Claro que si, es tu prima.—mi abuelo me sonrió.

—Jamás la conocí, ¿como es?—luther pregunto.

—Es un umpalumpa molesto, quiere llamar la atención y no te dejará en paz.—rodé los ojos.

—Vamos, no puede ser tan mala.—luther me sonrió.

—Aprecio que quieran que la acepte, pero eso jamás pasará.—mire la ventan otra vez.

—¿Tienes miedo que le guste noah?—mi abuelo pregunto.

—Noah no tiene nada que ver en todo esto.—lo mire.

—Está bien, es normal sentir miedo algunas veces.—mi abuelo río.

—Es en serio, eso no es lo que me preocupa.

—Entonces, ¿que es lo que te preocupa?—luther pregunto.

—Que le guste londres y que se quiera quedar.—suspire.

—No lo creo.

—Con tal de molestarme, ella haría todo.—rodé los ojos.

[...]

—¡Bienvenida a casa Indy!—mi abuelo la abrazo. Esta no es su casa.

La miré por fin, venía con una boina de rayas y una falda de mezclilla. Me gustaba su estilo, pero ella era insoportable.

—Muchas gracias grand, es bueno ver que alguien si esperaba por mi.—me miro de reojo. Rodé los ojos.—¿Y tú quien eres?—miro a luther de pies a cabeza.

—Soy luther, mayordomo y chofer.—luther le mostró una sonrisa nunca antes vista.

—Mayordomo, bien, lleva mis maletas al auto, con cuidado porque tengo cosas más valiosas que tú casa ahí dentro.—le sonrió hipócritamente.—Hola, querida prima.—me sonrió.

—Hola.—fingí estar feliz, en realidad era todo lo contrario.

—¿Como has estado? Estás más delgada.—me sonrío. Tal vez ella parecía adorable y buena onda, pero era una perra.

—Gracias, tú estás... más alta.—sonreí.

[...]

—¿Está es tu casa? Vaya que es grande, me gusta.—se adentro.—Me gustaría que hubiera más ventanas, pero igual me gusta.

—Genial, adiós.—subí las escaleras. Entre a mi cuarto y mire a harry.—Hola, pequeño.—sonreí mirándolo. Oí el sonido de mi ventana abrirse.

—¿Donde estabas? No te había visto en toda la mañana.—noah entro.

—Claro, puedes pasar.—le dije con sarcasmo.

—¿Desde cuando tengo que pedir permiso para entrar?—frunció el ceño.

—No lo se, pero deberías. ¿Que tal si me estoy cambiando o algo?—lo mire seria.

—Sería una tragedia.—dijo con sarcasmo.—Vamos, como si nunca hubiéramos visto un cuerpo humano antes.—río cínicamente.

—Si, pero no de esa manera.—rodé los ojos.

Heather... «Noah Jupe»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora