Heather... «Noah Jupe»

12. Estoy molesto contigo.

—Claro, de seguro eres tan inteligente como el doctor Sheldon Cooper.—reí burlándome de Cole. Caminábamos por los pasillos de la escuela.

—¿Quien es el?—rio.

—¿La teoría del Big Bang?—le pregunté.

—¿Que? Lo siento, no soy científico.

—Es un show, genio.—me reí de él. Tal vez si era un poco tonto, pero era adorable.

—Ohhhh, creo que ya recordé. ¿Es un grupo de amigos que son científicos o algo así?—pregunto mirándome.

—Creo que si.—le dije. El río.

—¿Tienes algo qué hacer el sábado por la noche?—me pregunto.

—Yo creo que no.—le dije.

—Bien, ¿quisieras venir a cenar conmigo? O podemos hacer otras cosas.—Me miro.

—Claro, lo pensaré.—dude en salir con el. Aún no lo conocía del todo.

—Por supuesto.—sonrió de lado. Entramos al salón de clases. Noah estaba sentando en mi lugar.

—"Disculpa, estas en mi asiento".—le dije. Eso fue lo que el me dijo cuando recién llegue.

—¿Que? No, me quedaré aquí.—me dijo.

—No, te has sentado con faith desde los ocho años. Ahora muévete.—le dije. El rodó los ojos.

—Bien.—se levantó.—Pero yo me iba a quedar aquí sentado para que no soportaras a Cole. Pero jodete.—sonrió cínicamente. Rodé los ojos y simplemente me senté.

—Soportó más a Cole que a ti. Y para tu información, el es más agradable.—deje de verlo para sacar las cosas que necesitaba de mi mochila.

[...]

—¿Alguien quiere intercambiar comida?—pregunte sentándome al lado de faith. Era hora del almuerzo.

—¿Por qué no le dices a cole que te intercambie? De seguro su comida es mejor.—noah respondió con un tono enojado.

—Escucha, no se si estás en tus días pero yo no tengo la culpa.—lo mire con el ceño fruncido.

—Que inteligente.—se levantó y se fue.

—Que le pasa.—rodé los ojos.

—No lo se, en la mañana estaba de buen humor. Algo le habrá pasado.—respondió faith.

—Tal vez.—me alce de hombros.

—Como sea, yo si quiero intercambiar comida.—me sonríe.

[...]

—Vaya, primera vez en tres meses que vienes por mi puntual.—le dije a luther riendo, el río también. Parecía chiste pero era verdad, llevaba tres meses aquí y la mayoría del tiempo me iba una hora después que todos mis compañeros.

—Lo se, lo lamento.—río.

—No te preocupes.—acomode mi mochila.—¿Que hay de comer?—pregunte mirándolo.

—No estoy seguro, pero puedes pedir lo que quieras.—me sonrió.

—Yo tampoco estoy segura de lo que quiero. Soy una persona indecisa.—le dije haciendo una mueca.

—Supongo que dejaremos que las cocineras te sorprendan.—rio.

—Supongo que si.—reí.